Fandom: Los Tres Caballeros / Universo Disney
Ducks
Nivel de conocimiento previo requerido: Medio o bajo.
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minutos.
ALERTA: SPOILERS FUERTES. LEAN BAJO SU PROPIO RIESGO.
UNOS ELEGIDOS MEDIOCRES
La Leyenda intenta venderse a sí mismo como un show de tipo “el elegido” y “el camino del héroe”. Donald, José y Panchito son los descendientes de los héroes originales que acompañaban a Xandra, así que ahora les toca continuar su trabajo. El problema es que, por el modo en que la serie narra su historia, los nuevos Caballeros son héroes horribles, sin el talento ni el corazón para cumplir bien su papel.
Iniciemos con el problema más obvio: los Caballeros son demasiado estúpidos como para ser héroes.
Antes hablamos sobre cómo la serie le arrebató a José su habilidad para salir de sus problemas mediante su don del habla, y sobre cómo también le quitó a Panchito la mitad de su intelecto, ambas cosas supuestamente para “hacerlos más graciosos”. La idea es que veamos al perico y al gallo fracasando en lo que intentan o haciendo cosas tontas, y que nos riamos de ello. El problema es que, como ahora dos de los tres héroes elegidos son tontos, el enfrentarse a los villanos de manera eficiente se vuelve imposible.
La primera vez que los Caballeros se topan con Leopold, quien no olvidemos que sólo es un alivio cómico, su primer instinto es esconderse en su casa. Luego, cuando Xandra los obliga a salir y pelear como los elegidos que son, ellos pasan más tiempo huyendo que intentando dar pelea. |
En cuanto a Donald, su estupidez se manifiesta en el simple hecho de que le da más prioridad a su noviazgo roto con Daisy que a su destino como salvador del mundo. Si Xandra no estuviese ahí forzando a Donald a centrarse en lo que realmente importa, no duden que los villanos hubieran ganado, porque el pato no muestra deseos de salvar el planeta hasta después de que logra reconciliarse con su novia.
Sigamos con otro de los errores de escritura que mencioné que son producto de una mala administración de prioridades: los Caballeros no saben pelear.
Desde que comienza la serie y Xandra nos hace saber que los nuevos Caballeros deben pelear contra un hechicero malvado, La Leyenda nos deja muy claro este mensaje: Donald, José y Panchito no saben pelear y le tienen miedo a la idea de enfrentarse a enemigos místicos. Xandra dice que ella se encargará de entrenar a los Caballeros, ¿pero qué creen? ¡Xandra no hace NADA!
En vez de en serio entrenar a los Caballeros desde cero, mostrándoles cómo usar sus armas o su magia, ejercitándolos para que mejoren su condición física, o mínimo dándoles detalles sobre la clase de magia oscura a la que se van a enfrentar, lo único que la diosa hace es esperar a que Sheldgoose cause algún problema, y lanzar a ciegas a los Caballeros a resolver ese problema bajo la esperanza de que sobrevivan y aprendan algo en el camino. Y cuando los Caballeros (obviamente) tienen problemas con la misión o fallan por completo, Xandra se irrita y va con ellos para resolverles el dilema. En otras palabras, Xandra actúa como si los Caballeros fueran los únicos culpables de cualquier problema en el que se vean envueltos, cuando ella es responsable por no darles un buen entrenamiento a pesar de saber que ninguno de ellos tiene experiencia en el campo.
En la primerísima aventura de los Caballeros, Xandra los manda a cruzar el laberinto del Minotauro… lo que también incluye el riesgo de tener que pelear con el Minotauro si se lo llegan a topar. ¿No les parece que semejante reto es demasiado peligroso para ser esta su primera prueba? |
Y luego, por enésima vez en esta publicación, parece que el show de repente abre los ojos y se da cuenta de que el gran final se acerca porque, súbitamente, el episodio anterior a la gran batalla le da al grupo el entrenamiento que no recibió durante el desarrollo entero de la serie, como creyendo que este trío de inútiles se volverá un trío de guerreros con sólo 24 horas de ejercicios. El episodio 11 de La Leyenda les da a los protagonistas su primer y último entrenamiento de verdad, y los episodios 12 y 13 los lanzan a la batalla final tal y como están.
Lo peor es que ni siquiera podEmos decir que este entrenamiento de último minuto funcionó, ni que los Caballeros en serio estaban destinados a salvar el mundo, o ni siquiera que el guion les dio la ventaja injustamente para que el mal no ganara. ¿Por qué? Porque al final, quienes salvaron el día fueron los personajes no-protagónicos.
Así está la cosa: al comienzo de la batalla final,
Sheldgoose llamó de vuelta a los secuaces que adquirió durante la serie, y para
contrarrestarlos, Xandra llamó de vuelta a los aliados que el grupo hizo en ese
mismo periodo. Ese es un obstáculo que
los Caballeros no superan por mano propia.
Luego, el recién liberado Felldrake acorrala al trío en un ataque mortal, pero Xandra los salva. Con la diosa
distrayendo al brujo, el trío tiene otra oportunidad de brillar… excepto que en
vez de usar todo lo que (supuestamente)
han aprendido, de repente aparece un deus ex machina de la nada, y les
concede un poder extra sin el cual no habrían podido ganar.
Después, cuando Sheldgoose regresa para ofrecer apoyo a Felldrake, quienes se
encargan de él son los personajes
secundarios, no los protagonistas.
Y por último, como mencioné en el resumen de la historia principal, recordemos
que Felldrake y su magia oscura no fueron destruidos: simplemente se fusionaron
con Sheldgoose, quien pudo escapar del lugar sin resistencia alguna.
Los personajes secundarios derribando a Sheldgoose del lomo de Leopold, y dejándolo fuera de combate. Perdón por la baja calidad de esta imagen, pero fue lo mejor que pude encontrar. |
Entonces, tenemos que los Tres Caballeros, quienes supuestamente tenían un destino heroico asignado, no vencieron a los secuaces de los villanos principales, ni pudieron sobrevivir a Felldrake sin la ayuda de un deus ex machina, ni le ganaron a Sheldgoose, y ni siquiera pudieron aprisionar a los villanos para evitar que regresen en un futuro. Los Tres Caballeros fueron prácticamente insignificantes en su propio gran final. De no ser por sus SEIS acompañantes y un deus ex machina, los malos habrían ganado.
Y ya que hablamos de eso, pongamos a los seis acompañantes de los Caballeros como una cereza en este pastel de mediocridad protagónica. Antes he mencionado a Xandra, a Ari y al Oso Humphrey, que son tres de los seis acompañantes. Las otras tres acompañantes son Abril, Mayo y Junio: las sobrinas de Daisy, quienes al principio llegan sólo para ayudar a los Caballeros a vender sus reliquias en el episodio 1, pero luego deciden quedarse cuando la trama de “los héroes elegidos” da comienzo.
Abril, Mayo y Junio sólo sirven para reforzar la idea de que los Caballeros no sirven como héroes. En el show, mientras Xandra y los Caballeros se van a sus aventuras, las trillizas se quedan en el Instituto a cuidar la casa (y las reliquias que guarda), pero en caso de que la misión de los héroes se ponga difícil, a ellas les toca (y no estoy bromeando) BUSCAR EN INTERNET ALGUNA PISTA SOBRE CÓMO SOLUCIONAR EL PROBLEMA. Siempre que algo sale mal y Xandra no puede brindar la solución inmediata, en vez de intentar resolver la situación por cuenta propia (y de paso, crecer al menos un poquito como héroes), el primer instinto de los Caballeros es llamar a Abril, Mayo y Junio. Ellas encuentran una solución ya sea en alguno de los libros antiguos de la casa o en Internet, y se la pasan a estos supuestos “héroes” para que acaben con su dilema.
Para quienes no las conozcan, ellas son Junio, Abril y Mayo, en ese orden preciso. |
Cuando las trillizas no están sirviendo como el buscador de Google personal de los Caballeros, están sacándolos de otros problemas menores, como entreteniendo a Daisy en lo que Donald se desocupa para una cita, o infiltrándose en la mansión de Sheldgoose para obtener más información del enemigo. Miren: yo no estoy en desacuerdo con que los héroes tengan asistentes. De hecho, creo que los asistentes son vitales cuando la trama es de unos héroes lidiando con una amenaza mucho mayor a ellos.
El problema viene cuando te acuerdas que Felldrake y Sheldgoose NO SON UNA AMENAZA MAYOR. Felldrake está atrapado en un cetro y no puede hacer nada por cuenta propia, Sheldgoose es un novato en todo este asunto de la villanía y la magia oscura, y Leopold es sólo un alivio cómico. Estamos hablando de prácticamente dos villanos y medio, y para hacerles frente, la agrupación heroica a duras penas puede sobrevivir teniendo a nueve integrantes: tres “elegidos”, una diosa, dos alivios cómicos, y tres niñas asistentes. Si nueve héroes apenas pueden hacerle frente a dos villanos y medio, tus héroes son muy incompetentes, o tus villanos son unos titanes del caos. Y les prometo que los villanos no son nada del otro mundo (luego hablaré de eso), así que la única explicación lógica es que los héroes son unos incompetentes.
No es que Donald, José y Panchito no puedan funcionar como héroes, pues Donald posee la agresividad para pelear, José tiene el carisma y la astucia, y Panchito aporta el liderazgo y la valentía. El problema es que La Leyenda está tan mal estructurada que no le da a los Caballeros ni la más mínima oportunidad de lucirse. Con sus personajes principales tan mal ejecutados, y sus personajes secundarios devorando tanto tiempo en pantalla con labores que ni les deberían corresponder, estos supuestos “héroes elegidos por el destino” no hacen más que sobrevivir en una lucha para la que nunca estuvieron (y nunca estarán) preparados.
…
OK, ya vimos que los escritores de La Leyenda no son capaces de trabajar con los personajes que fueron establecidos en el pasado. ¿Pero quién sabe? Tal vez sí sean capaces de entregar algo de calidad si se les deja crear a sus propios personajes con sus propias filosofías, ¿cierto? Falso. ABSOLUTAMENTE FALSO.
XANDRA
Ay, Xandra, Xandra, Xandra… ¿por dónde comienzo contigo? Si antes ya he dejado en claro lo poco que La Leyenda entiende a los personajes de esta franquicia, Xandra es la manifestación perfecta de que La Leyenda tampoco entiende el ambiente y el espíritu de Los Tres Caballeros. Comencemos con lo más sencillo, y luego pasaremos a lo más abstracto.
El primer gran problema de Xandra es que, desde el arranque, se nos da a entender que es una diosa griega. ¿Alguien me puede recordar qué quería lograr en un inicio la franquicia Los Tres Caballeros, cuando fungía como propaganda política? ¡Oh, claro, ya lo recordé! Para mantener AL CONTINENTE AMERICANO unido en un mismo bando durante la Segunda Guerra Mundial. ¿Entonces por qué diantres la nueva mentora del grupo es una diosa griega en vez de una diosa americana? Yo les diré por qué.
¿Se acuerdan de que, al hablar del asesinato narrativo de José Carioca, mencioné que muy seguramente a los escritores les dio pereza investigar sobre cultura popular brasileña? Pues déjenme decirles algo para lo que no tengo pruebas pero tampoco dudas: la única razón por la que Xandra es una diosa griega es que a los escritores también les dio pereza investigar sobre dioses americanos. Veámoslo de este modo: cualquier persona sabe cómo luce un dios grecorromano estereotípico, pero no cualquier persona (y mucho menos una persona que no sea de Latinoamérica) sabe cómo luce un dios azteca, uno maya, uno inca, etcétera. Cualquiera sabe quiénes son Zeus, Hades y Venus, pero no cualquiera sabe quiénes son Huitzilopochtli, Ixchel o Pachacámac. Y como era más fácil sacarse de la manga una diosa griega genérica que investigar sobre los panteones americanos, los escritores inventaron a la Xandra que ya todos conocemos.
Y esto de “no investigar sobre cultura americana” va más allá de Xandra. De entre las 11 aventuras a las que nuestros personajes se lanzaron en esta miniserie, sólo 4 fueron en algún sitio de América. Y ni siquiera fueron sitios tan especiales, pues son locaciones que cualquiera conoce y que no requieren nada de investigación: la Isla de Pascua, el Monte Rushmore, las Líneas de Nazca, y las Pirámides Mayas (el show ni siquiera se molesta en decirnos cuáles pirámides mayas). Se nota que nadie en el equipo de producción hizo el intento de investigar más allá de los aspectos más sabidos y esenciales, lo que es aún más insultante cuando lo comparas con los viajes de Walt Disney y compañía a media guerra para las películas de la franquicia.
Luego, para es aspecto más abstracto, les hago una pregunta de lo más sencilla: ¿es lo mismo elaborar un documental propagandístico que elaborar una caricatura de entretenimiento? No hay que ser un genio para saber que la respuesta es “No”… así que no comprendo por qué los escritores de La Leyenda añadieron un elemento propagandístico a su caricatura de entretenimiento, pero asumiré que fue por pura ignorancia, igual que con el resto de sus errores de worldbuilding.
Si les han prestado atención a las imágenes que he puesto a lo largo de esta publicación, tal vez hayan notado lo raro que luce el hecho de que Xandra sea una humana en medio de un mundo de animales de caricatura. Hay una explicación para esto, pero de nuevo, esa explicación sólo muestra lo desinteresados que estuvieron los creadores de La Leyenda por hacer algo de calidad.
Xandra en una noche de chicas al aire libre… siendo la única humana presente en toda la fiesta. |
Verán: las películas originales de la franquicia tenían bastantes segmentos en live-action para demostrar las culturas latinoamericanas del modo más fiel posible. Estos segmentos mostraban a artistas famosos de aquella época, incluyendo, por ejemplo, a Aurora Miranda en un segmento de Brasil y al Trío Calaveras en un segmento de México. Más que ser personajes “de verdad” para las películas, las interacciones entre estos seres humanos reales y los pájaros de caricatura tenían una utilidad meramente propagandística. Al mostrar artistas reales, se buscaba que la audiencia empatizara con el mensaje aliadófilo de los filmes de forma un poco más seria, en vez de procesarlos como mero entretenimiento animado como con cualquier otra película.
Una vez que la franquicia abandonó esas raíces bélicas, los humanos no volvieron a aparecer, pues ya no se quería hacer pasar este producto como un mensaje tan serio. Los Tres Caballeros se unió como franquicia al resto del Universo Disney Ducks, y con ello, tuvieron que dejar atrás a los humanos. El grupo se empezó a relacionar con otros animales, formó nuevas relaciones, y los humanos quedaron como un mero “pasado oscuro” de lo que alguna vez fue un esfuerzo gubernamental por atraer aliados a la guerra. En otras palabras, no puedes mezclar las reglas actuales del Universo Disney Ducks con las reglas pasadas de las películas claramente propagandísticas. Es por eso que Xandra no encaja en La Leyenda: porque La Leyenda es claramente un producto del Universo Disney Ducks, donde no hay cabida para los seres humanos.
Y si ya de por sí es raro ver a una diosa humana interactuando con unos pájaros que apenas miden la mitad que ella, podemos añadir una nueva capa de rareza al ver que nadie cuestiona su apariencia. En este mundo con solo animales antropomórficos, no hay ni un solo personaje que se extrañe ante la existencia de esta rara changa calva que mide el doble que ellos. Todos ven a la humana, y actúan como si fuera de lo más normal, a pesar de que en este universo no existen los humanos. Nadie hace ni una pregunta sobre qué rayos es, ni le da la más mínima mirada extrañada, ni nada. ¿Por qué? Porque los escritores de seguro sólo vieron de reojo los conceptos de las películas originales, y asumieron que era normal tener humanos en Los Tres Caballeros, a pesar de que no hemos visto ningún humano en la franquicia desde 1948. De nuevo: la pereza investigativa en este show es palpable.
SHELDGOOSE Y FELLDRAKE
Ya hemos hablado de lo incompetentes que son los Caballeros como héroes, mencionando en los párrafos finales de esa sección que el único motivo por el que no perdieron la batalla final es que sus enemigos tampoco son la gran cosa. Acompáñenme para explorar por qué estos dos últimos personajes originales de La Leyenda son una amenaza tan pobre como los héroes que deben detenerlos.
Iniciemos con Felldrake: el hechicero malvado que atrapó a una diosa hace siglos. Semejante logro podrá hacerlo parecer como un villano bastante capaz, pero la realidad es que Felldrake no es más que un fulano corajudo quien casualmente tiene un gran poder mágico a su disposición. Comparemos a Felldrake con un niño berrinchudo al que se le entregan todas las armas militares de un país: tal vez sea peligroso, pero eso no quita que tenga la actitud y la inteligencia de un infante. Así, da igual que nos digan que este tipo es “super malvado” y “super peligroso”, porque cuando lo ves en acción, te das cuenta de por qué pudo ser derrotado por un cast protagónico tan defectuoso.
El mayor fallo de Felldrake es que los escritores le dieron DEMASIADO poder, y cuando se dieron cuenta de ello, decidieron volverlo un tonto para contrarrestarlo. ¿Y por qué digo que es un tonto? Porque Felldrake está en una posición vulnerable durante el 95% de la serie, y de todos modos actúa como si ya hubiera ganado la batalla.
Al iniciar la serie, Sheldgoose encuentra a Felldrake en su forma de cetro, siendo su objetivo el hallar el modo de regresarlo a su forma original. Como Felldrake es literalmente un palo de metal sin brazos ni piernas, no puede ir a ningún lado ni hacer nada sin Sheldgoose. Si cualquier otra persona tomara el cetro, sería game over para Felldrake, porque cualquiera podría quebrar o fundir el cetro, y tantán. No sé ustedes, pero si yo estuviera en sus (inexistentes) zapatos, mi prioridad más grande sería ganarme la confianza y la lealtad de Sheldgoose a toda costa, para asegurarme de que él dará todo de sí para liberarme del cetro. Ya que estuviera libre, lo traicionaría si ya no me sirviera de nada, en una actitud clásica de todo villano megalómano.
Pero como Felldrake fue escrito como un idiota, lo único que sabe hacer es maltratar verbalmente a Sheldgoose (su único aliado y su única posibilidad de escape) por no cumplir sus altas expectativas malvadas. ¿Y por qué Sheldgoose no cumple con las altas expectativas malvadas de Felldrake? PORQUE ES UN NOVATO EN LA VILLANÍA Y EL USO DE LA MAGIA. Sheldgoose es probablemente la única persona que estará dispuesta a colaborar con Felldrake en toda la existencia, y en vez de siquiera fingir algo de aprecio para que no lo deje abandonado en donde lo encontró (o peor: que lo entregue directamente a los héroes), lo muele a insultos cada que puede. La única razón por la que Sheldgoose no cortó lazos con él es que, si lo hubiera hecho, la serie se habría acabado instantáneamente.
Felldrake moliendo a Sheldgoose a base de insultos… y con unos cuantos coscorrones de acompañamiento para estar seguro. |
Y ya que estamos entrando en esas aguas, hablemos de Sheldgoose: el personaje MÁS MALTRATADO de este show entero. Aquí ya no hablamos de flanderizaciones insultantes o de escritura sin investigaciones. Hablamos de una mera herramienta narrativa parlante y andante, sin una pizca de personalidad real, que sólo sirve para mover al villano real (y a la trama) hacia donde lo necesite, y que tenía MUCHÍSIMO potencial pero fue desaprovechado a más no poder. Más que coraje, lo que Sheldgoose me genera es pena ajena y frustración. Este tipo pudo haber sido la mejor parte del show, pero fue ninguneado a niveles tan pecaminosos que es difícil describirlos con palabras.
Ya dije muchas cosas sobre Sheldgoose durante esta publicación entera. Él es un descendiente directo de Felldrake, es asquerosamente millonario, se topa con todo este embrollo mágico por pura casualidad, y tras aliarse con Felldrake, es humillado a más no poder por el simple hecho de que no es un villano experto, por lo que acaba fungiendo como el alivio cómico principal en el bando de los malos. Otros datos que no he mencionado antes son que Sheldgoose es un clasista que repudia a la clase media (y por ello repudia a los Caballeros desde el arranque, pues estaban quebrados antes de recibir su herencia), que es el presidente del Instituto Nueva Quackmore (por lo que es casi como el jefe de los Caballeros), y que a pesar de ser un villano novato, en varias ocasiones demuestra actitudes con bastante potencial malvado.
Sheldgoose tiene todos los ingredientes para ser un buen villano. En concreto, puede encajar a la perfección en el tropo del villano millonario que posee tanto poder mágico como poder socioeconómico, y que puede traerles problemas a los héroes tanto mediante sus luchas fantásticas como mediante la mundana vida diaria. Pero he aquí el gran dilema: Felldrake es considerado como el villano principal por parte del guion, y Shelgoose es considerado como sólo su secuaz. Y como Felldrake se la pasa haciendo menos a Sheldgoose, el guion no le permite desarrollar o utilizar todas esas cualidades que le dieron. Sheldgoose está atascado en el rol del secuaz, lo que es incluso más triste cuando recuerdas que su jefe no es más que un palo de metal que sólo sabe enojarse y quejarse.
El motivo por el que confío tanto en que Sheldgoose podría ser un excelente antagonista yace en los episodios 10 y 11 de La Leyenda. En el episodio 10, se nos muestra una parodia del inframundo donde, para ser admitido, necesitas hacer fila y llevar papeles como si se tratara de una oficina del gobierno. En un entorno así, la magia de Felldrake realmente no sirve de mucho… pero lo que sí sirve es la experiencia burocrática de Sheldgoose, por lo que en un momento único en esta serie, el secuaz decide ignorar a su jefe y encargarse de su salida del inframundo por medios tramposos pero no-mágicos. Claro: los villanos de todos modos pierden al final porque así funciona esta serie, pero el hecho de que hayamos podido ver a Sheldgoose siendo un antagonista competente a su propio modo, sin Felldrake comandándolo y regañándolo a cada minuto, prueba la valía de este supuesto “secuaz cómico e inútil”.
En el episodio 10, Sheldgoose logra hacerse gerente de la frontera entre el mundo de los vivos y el de los muertos a base de pura manipulación del sistema burocrático del inframundo. Sin usar magia, estuvo a punto de dejar atascados a los héroes en el más allá. |
Luego tenemos el episodio 11, que es la antesala a la batalla final. En este episodio, la subtrama nos cuenta cómo los villanos intentan infiltrarse en la casa de los Caballeros para robarles sus objetos mágicos, aprovechando que salieron a una aventura sin ellos. Al intentar meterse, resulta que hay un campo de protección que rechaza cualquier tipo de magia oscura, por lo que Felldrake no puede pasar… pero Sheldgoose sí puede. Entonces, el secuaz acaba dejando afuera al cetro parlante y se mete a la casa, totalmente solo y sin magia para ayudarse. Sheldgoose tiene muchos problemas para infiltrarse y robar los objetos mágicos porque Ari y Humphrey lo descubren. Pero a pesar de estar en desventaja numérica en terreno enemigo y sin magia a su disposición, Sheldgoose sí logra robar los objetos mágicos, siendo este acto lo que propicia que la batalla final siquiera ocurra. De nuevo, tenemos un episodio donde, al dejar que este “secuaz cómico e inútil” actúe por cuenta propia, las cosas le salen bien.
En el episodio 11, Sheldgoose pudo robar los suficientes objetos mágicos de la casa de los Caballeros como para liberar a Felldrake. De nuevo, esto lo hizo sin ayuda de nadie, con todo y que tuvo algo de dificultades. |
Así, tenemos que uno de los dos villanos principales es 100% dependiente de su secuaz pero aun así no tiene el cuidado de tratarlo bien en lo que su dependencia termina, y el otro tiene un potencial que el guion no le permite explotar como es debido. Seamos sinceros: Felldrake y Sheldgoose son todo lo opuesto a un dúo dinámico. Ambos se frenan mutuamente en vez de complementarse, y es sólo gracias a semejante anti-química suya que el bando de los buenos logra ganarles. Tengan por seguro que, si este par de fulanos se hubiese desarrollado como es debido en la serie, los Caballeros hubieran perdido la batalla final.
Y ahí está el mayor problema con los dos villanos de La Leyenda: que el guion les dio demasiado poder mientras que a los Caballeros no les dio nada, así que en vez de quitarles un poco de ese poder para equilibrar la balanza, los escritores prefirieron volverlos unos imbéciles sin una pizca de compatibilidad. En un intento por ocultar la inutilidad de los protagonistas, lo único que lograron fue dejar mal parados también a los villanos. Y si una serie no tiene ni buenos héroes ni buenos villanos, ¿cómo esperas que la audiencia se tome en serio el conflicto?
CONCLUSIÓN: ¿CÓMO ARREGLAR ESTA SERIE?
A pesar de todo lo malo que he dicho en esta publicación, no siento que La Leyenda sea una causa perdida. El simple hecho de que Disney se haya dado la molestia de crear una animación moderna de Los Tres Caballeros, sin que sea sólo un cameo o un homenaje de 20 minutos, es algo que se agradece mucho. Pero siento que Disney no contrató a la gente adecuada para el trabajo, y que las decisiones tomadas para el argumento no fueron las mejores.
Volviendo a lo que dije al mero inicio de esta publicación, el motivo por el que La Leyenda volvió a mi mente después de dos años fue que me apoyé de ella para elaborar el proyecto final de mi materia de Construcción y Caracterización de Personajes. Como es obvio, este proyecto no se trataba sólo de dibujar a mis monitos y ya: había que escribirles una historia, una personalidad, un set de fortalezas y debilidades, etcétera.
Por supuesto que no le iba a escribirle a mi profesora toda una biblia animada con una reescritura a la serie entera, cuando las instrucciones del proyecto sólo me pedían hacer dos personajes con fisiología y psicología completa. Pero para no quedarme con la espinita de haber plasmado sólo a medias mis correcciones a La Leyenda en el proyecto, aquí les dejo lo que yo cambiaría en este mini show para mejorarlo:
1.- QUITAR PERSONAJES
INNECESARIOS
La Leyenda es una mini serie de 13
episodios. Su cast de personajes
principales incluye a 12 miembros. No hay que ser un experto para saber que tener 12 personajes en una serie de 13
episodios es más perjudicial que benéfico, pues no hay suficiente tiempo
como para que todos tengan un periodo de aparición y desarrollo justo. Además,
como expliqué antes, la presencia de tantos asistentes heroicos les quita
méritos a los protagonistas principales, y la presencia de tantos alivios
cómicos le quita tiempo a la trama real que de verdad importa. Reitero: La
Leyenda sólo tiene 13 episodios, así que no podemos desperdiciar ni un
minuto.
Entonces, del lado de los héroes, vamos a quitar a Abril, Mayo, Junio y Humphrey; y así dejaremos sólo a Donald, José y Panchito (los elegidos) siendo tutelados por Xandra (la maestra de los elegidos), mientras que Ari (el alivio cómico característico de la franquicia) se encargará de la comedia. Del lado de los villanos, vamos a quitar a Leopold; y así dejaremos sólo a Felldrake (la maldad ancestral) y a Sheldgoose (la maldad moderna y el alivio cómico). Con estos cambios, nos quedamos con un grupo de siete personajes principales. El número de héroes duplica al de los villanos en vez de triplicarlos, de modo que los héroes se sienten mucho más capaces (por no requerir tanto apoyo) y que los villanos se sienten mucho más poderosos (por estar en desventaja numérica y aun así dar pelea).
2.- QUITAR LAS
SUBTRAMAS INNECESARIAS
Igual que con los personajes innecesarios, las subtramas innecesarias sólo le
roban tiempo valioso a la historia que realmente vale.
Entonces, quitaremos la subtrama de Donald intentando recuperar su noviazgo con Daisy: no habrá ningún pleito entre ellos en el episodio 1, y Daisy sólo hará una aparición a finales de la serie para preguntarse por qué su amado no la ha contactado en semanas, para finalmente darse cuenta de que es porque está ocupado tratando de salvar el mundo. Con tan solo medio episodio, podemos abarcar ese aspecto de la vida de Donald de manera natural, sin que interrumpa el flujo del arco que realmente nos importa.
Otra subtrama en el show, que no había mencionado por lo tonta e insignificante que es, trata de Sheldgoose estando en riesgo de perder su presidencia del Instituto. Esta subtrama aporta incluso menos que la de Daisy, así que también la descartaremos al 100%.
3.- REESTRUCTURAR A
XANDRA
Xandra es una personaje mal conceptualizada de pies a cabeza. No encaja con el
espíritu de la franquicia, y no cumple con el rol de mentora que se supone que
debe tener, por lo que hay que
reestructurar su existencia total para arreglarla.
Ahora que hemos eliminado a los personajes excesivos y a las subtramas inútiles, podemos usar el tiempo en pantalla que ellos alguna vez ocuparon en darle a Xandra unas cuantas escenas para que de verdad entrene a los Caballeros. Con eso, Xandra ya estaría cumpliendo con su rol de mentora del modo en que es debido, y nuestros elegidos podrían en verdad volverse los héroes que el mundo necesita.
Y por supuesto, en vez de que sea una diosa griega con forma humana, la reestructuración de Xandra vendría con un rediseño para volverla una diosa americana con forma aviar. Esto se extendería también a la trama general, donde todas las aventuras se llevarían a cabo en nuestro continente e incorporarían elementos de sus varias culturas, desde los Inuit del extremo norte hasta los Incas del extremo sur, en vez de meter localizaciones genéricas de cualquier otro sitio del planeta. Una investigación así me tomó menos de una semana a mí para mi proyecto, así que no hay excusa que valga.
4.- DEVOLVERLE SU
PERSONALIDAD REAL A LOS CABALLEROS
José debe recuperar sus rasgos
brasileños para que tenga más identidad, y debe ser capaz de usar sus palabras con mayor efectividad para que no
sea puro alivio cómico barato. Panchito debe actuar como un intrépido en vez de un tonto, y mostrar firmeza como el líder que siempre ha sido. Donald debe tener mayor interés en su destino, a
sabiendas de que la subtrama con Daisy ya no existirá aquí.
Panchito fungirá como el cabecilla de cualquier misión, diciendo quién hará qué, cuándo lo hará, y dando siempre la cara sin importar si lo que viene es positivo o negativo. José será el estratega y el encargado principal de lidiar con cualquier dilema que no involucre darse de puñetazos con otras personas. Donald será el que mantenga los pies en la tierra y ancle a sus colegas de nuevo en la realidad, en caso de que Panchito se ponga muy embravecido, de que José se ponga muy romántico e imaginativo, o de que Xandra olvide de que nadie más aquí es un dios inmortal y experto en batallas… y claro, Donald también será el comodín en caso de que se requiera un berserker.
Estos roles aplican las fortalezas que los Caballeros han exhibido desde que comenzó la franquicia, dándoles un giro para que encajen en la trama propuesta en La Leyenda, pero sin que se sientan como personas distintas a las que hemos conocido desde hace 80 años.
5.- MATAR A FELLDRAKE
(SÍ, EN SERIO)
A ver, no nos andemos con tonterías: el único rol de Felldrake en La
Leyenda es evitar que Sheldgoose se vuelva una amenaza de verdad.
Felldrake no es más que un palo mágico que habla, y cuando habla, lo único que
escupe son insultos. Con los cambios que hemos hecho hasta ahora, los
Caballeros ya son un equipo coordinado de héroes bien entrenados, así que si
dejamos a Felldrake tal y como está, no representará una amenaza alguna para
ellos. Sólo hay dos opciones: cambiarle
la personalidad para que él también se coordine bien con Sheldgoose, o directamente eliminarlo de la trama
para que Sheldgoose pueda lucir todo su potencial por cuenta propia.
Mi idea es que Felldrake haya muerto durante su batalla contra Xandra de hace siglos, y que Sheldgoose comience como un villano cómico por sus novatadas. Al tener unos héroes tan capaces y un villano tan indefenso, podemos hacer que Sheldgoose acumule incluso más odio contra los Caballeros: un odio más personal y que no se limite a puro clasismo. Entonces, en una de sus novatadas, podemos hacer que Sheldgoose invoque por error al espíritu/fantasma de Felldrake, y que se vea forzado a convivir con él durante un corto tiempo (unas 24 horas) en lo que el hechizo se agota.
Durante ese breve tiempo de convivencia malvada entre ancestro y descendiente, podemos hacer que Felldrake inicie como el regañón y juicioso fulano que ya conocemos, pero esta vez teniendo la “buena” intención de fungir como un profesor estricto. No obstante, al ver que su actitud sólo está logrando alterar y afectar a Sheldgoose, Felldrake podría tomar un ángulo distinto: revelarle a su descendiente que los Caballeros originales lo mataron, que gracias a ello él no está reinando el continente entero, y de paso enseñándole a canalizar mejor su odio para usar bien la magia oscura que alguna vez le perteneció a él. Se acaba el tiempo del hechizo y el fantasma de Felldrake desaparece… pero sus enseñanzas a Sheldgoose se quedan, y con ellas, por fin hacemos que nuestro villano saque su potencial real.
Toda esta mini historia se puede hacer en un solo capítulo: Felldrake aparece en la introducción, hace sus dos intentos de educación maligna en el desarrollo, desaparece en el clímax, y dejamos el desenlace para darle una probadita a la audiencia de lo que el Sheldgoose semi entrenado y bastante lleno de odio puede hacer. Como pueden ver, Felldrake nos favorece más en dosis mínimas y controladas. Al matarlo y forzarlo a no estar en la trama entera, le dejamos tiempo a su descendiente para que se desenvuelva a su modo, volviéndose la amenaza que el show nos sugirió que podía ser.
…
Con todos esos cambios, la estructura para los trece
episodios de La Leyenda quedaría así:
– Episodios
1 – 2: los Caballeros, Xandra y Ari se conocen, Sheldgoose descubre la
magia oscura del fallecido Felldrake, y los protagonistas descubren que su
destino es detenerlo.
– Episodios
3 – 7: Xandra entrena a los Caballeros. Sheldgoose lanza uno que otro
ataque en puntos aleatorios del continente, pero por ser un novato, nada de lo
que haga puede detener a la diosa y sus novatos pupilos. Aun así, es posible
notar un pequeñísimo crecimiento en las habilidades de Sheldgoose, junto a un
notorio crecimiento en su odio.
– Episodio
8: Sheldgoose invoca por accidente a Felldrake, y recibe un pequeño
entrenamiento de su parte que saca a relucir su villano interno.
– Episodios
9 – 10: Sheldgoose lanza ataques notoriamente mejores, los cuales en verdad
ponen a prueba a los Caballeros. Incluso puedo imaginarlo atacando
específicamente a México, Brasil y Estados Unidos, para hacer aún más personal
el conflicto por ser esas las patrias de nuestros héroes.
– Episodio
11: el preludio a la batalla final. Daisy investiga por qué Donald ha
estado tan desconectado, se mete por accidente en una de las batallas contra
Sheldgoose, es salvada por los Caballeros, y ahí entiende la situación con
Donald.
– Episodios
12 – 13: la batalla final. Héroes y villanos demuestran en un duelo épico todo
lo que han aprendido, los héroes obviamente ganan, Sheldgoose pierde su magia
oscura y la presidencia del Instituto, y es encarcelado. Fin.
Como pueden ver, La Leyenda no era un caso perdido. Tal vez cometió el gravísimo error de malinterpretar a su franquicia madre, pero las ideas originales que exponía podrían haber dado luz a algo asombroso. Lo que yo escribí en esta publicación no fue hecho con enojo. Al contrario: fue escrito con cariño y esperanza, con la fe de que quienes lo lean sepan cuánto amo esta franquicia y entiendan lo delicado que es trasladar unos personajes bien arraigados de un género narrativo a otro.
Los Caballeros pueden funcionar en historias distintas a su usual género slice-of-life; sólo hace falta comprenderlos para saber bien qué cambiar y qué conservar. Está bien apuntar a una audiencia infantil, pero cuando tu franquicia lleva existiendo por tantas décadas, no puedes ignorar a la audiencia adulta que te ha apoyado desde hace tanto tiempo; debes fijarte tanto en niños como en adultos. Trabajar con menos de 20 episodios es posible, pero para ello debes saber poner límites en tus ideas, para que así no acabes ahogando a tus personajes por falta de tiempo.
Esperemos que el fracaso de La Leyenda no provoque que Disney decida abandonar a la franquicia de Los Tres Caballeros. Una sola manzana podrida no debería causar que se descarte todo el cajón. Más bien, hay que aprender de los errores para hacer un nuevo producto mucho mejor a lo que vino antes. Con este comentario final, me despido por ahora. ¡Hasta la próxima, amables lectores, cuídense y no teman en dar críticas cuando vean que algo está mal!