Fandom: PAC-MAN.
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Bajo o nulo.
Tiempo estimado de lectura: 22 minutos.
[Link a la Parte 2 ya disponible aquí]
UNA AVENTURA SIN ANTAGONISTA
Ay, Betrayus… AY,
BETRAYUS. Mi queridísimo y al mismo tiempo odiadísimo Betrayus, ¿qué
hiciste para merecer semejante destino? Te equivocaste de caricatura, m’hijo,
porque tú merecías estar en cualquier otro sitio que no fuera PatGA.
A los escritores no les bastó maltratarte dentro de la historia, porque también
te maltrataron fuera de ella.
Queridos lectores: hablar de Betrayus me duele. No es el mismo dolor que sentí cuando
tuve que mencionar el humor de retrete, pues ese dolor venía del repudio. Con
Betrayus, mi dolor nace de ver a un villano de semejante categoría pisoteado con semejante crueldad narrativa.
Betrayus fue la razón por la que la Karen preadolescente se mantuvo fiel a la
tortura que fue PatGA durante sus dos años de existencia, y también fue la
razón por la que se marchó con tanto resentimiento. Betrayus es una tragedia dentro y fuera de la serie, y ahora es mi labor
compartir esa tragedia con ustedes.
Comencemos con lo
más básico: su diseño. PatGA
es un show con diseños de personaje muy limitados, producto de que todos sean
esferas con extremidades o fantasmas sin piernas. Eso no lo juzgo: una vez intenté rediseñar al cast principal porque estaba aburrida, y admito que es muy difícil
darle personalidad visual a cada integrante cuando no puedes dibujar blusas, chamarras,
faldas, etcétera.
Sin embargo, tal
parece que los diseñadores en la producción tomaron aquella idea de “fantasma genocida
bélico” y le invirtieron al menos la
mitad del presupuesto a él solito, pues mientras el resto del cast luce dibujado con salarios de diez
pesos mexicanos, a Betrayus le tocó verse así:
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Betrayus en su forma fantasmal actual. |
 |
Betrayus antes de ser convertido en fantasma. |
Tal vez no parezca
la gran cosa, pero compárenlo con el resto de diseños que hemos visto durante
la serie de publicaciones, y la diferencia es abismal. A nadie le extraña que Betrayus sea el personaje con más fanarts, pues su diseño es un oasis en
el desierto que representa su show.
Les dejo un dato
curioso bastante macabro: ¿Se fijan que Betrayus tenía un cabello bien peinado
cuando estaba vivo, pero tiene las greñas en punta en su forma fantasmal? Eso
es porque murió en (el equivalente family-friendly
de) la silla eléctrica. Nomás para
que vean que, aunque los escritores no se tomaron en serio lo de la guerra, al menos los diseñadores sí lo hicieron.
Pero el diseño es
sólo lo superficial. Lo que más importa de un personaje son sus aportes en la historia, y siendo
Betrayus el villano principal original
(antes de que lo rebajaran a secundario gracias a los aliens), la
responsabilidad narrativa que tenía era muy grande. Echémosle un vistazo a su lore:
“Betrayus
Sneakerus Spheros, actualmente
conocido como ‘Comandante Betrayus’, ‘Lord Betrayus’, o simplemente ‘Betrayus’,
es el líder del ejército fantasmal, y el
hermano del Presidente Stratos.
Hijos de Rotunda
Spheros, Betrayus y Stratos crecieron siendo comparados a un nivel no muy
sano. Por un lado, el hermano verde probó ser un superdotado desde una edad temprana, ganando competencias,
premios y reconocimientos en virtualmente cualquier cosa que intentara. En
contraste, el hermano blanco era relativamente promedio, por lo que solía recibir desprecio de parte de los demás.
Víctima de bullying en entornos
sociales y de desatención en
entornos familiares, no es de extrañar que Betrayus terminara como un adulto con
una incontrolable hambre de poder y
admiración.
No sabemos cuándo ni cómo Betrayus entró en
contacto con el Inframundo y formó una alianza con los fantasmas. Lo que sí
sabemos es que, a cambio de darles libertad
y dominio en la superficie, los espectros prometieron serle leal. Así inició la Guerra Pac-Mundial, con Betrayus yendo
tras los Amarillos porque ellos eran como armas
naturales contra los fantasmas.
Tras finalizar la guerra, los fantasmas fueron
encerrados de vuelta en el Inframundo, y como castigo por sus crímenes,
Betrayus también fue convertido en
fantasma y mandado al tétrico lugar. Los siguientes dieciséis años de su
existencia fueron de espera,
aguardando a que alguien reabriera la puerta a la superficie para volver a
intentar su pequeña gran conquista. Ahora, su nuevo objetivo es hacerle pagar a
Pac-Mundo por su aprisionamiento mediante el robo de su fuente de energía vital
y de Bayas de Poder: el Árbol de la Vida.”
Sin palabras. Esta era la clase de cosas que PatGA
puso sobre la mesa en sus inicios, y la clase de cosas que me hubieran gustado que nos dieran hasta el final.
Betrayus es un
clásico ejemplo de villano simpatético:
incluso si no podemos perdonar sus actos, al menos podemos entender qué lo
llevó a ejecutarlos. El fulano tuvo una infancia complicada, y tal parece que
no encontró mejor modo de superar sus traumas que volviéndose un aspirante a dictador. Además, en caso de que no nos
bastara con el contexto bélico, la producción también nos dio un subtexto de violencia intrafamiliar como aderezo.
¿Acaso podemos pedir más?
La respuesta es
“sí, sí podemos pedir más”. Lo que
podemos pedir es que semejante grandiosidad no sea desechada a inicios de la
serie, pero aunque lo pedimos, no nos lo dieron.
 |
Betrayus colándose en un debate presidencial para contar su historia de vida con el resto de la familia Spheros. |
Quiero que
imaginen que ponemos el lore de
Betrayus en una licuadora, y le añadimos todas las estupideces que hemos estado
discutiendo durante el resto de la crítica: la falta de matices, los
errores de lógica, el humor de
retrete, el blanqueamiento de la
guerra y el abandono de los
conceptos originales. Presionamos el botón de la licuadora para activarla,
y una vez revuelto todo, la apagamos y vertemos el resultado en un recipiente.
Sí, la mezcla es tan asquerosa como se la están
imaginando.
Betrayus fue la mayor víctima de la mediocridad en
este show. Este villano
tan perfectamente capaz de sostener la trama fue estropeado, gracias a que el
universo al que le tocó pertenecer fue dirigido por gente en busca del brainrot perfecto.
Iniciemos con el
mayor defecto de Betrayus: que su
historia no corresponde con su personalidad.
A ver: según el lore que repasamos hace unos párrafos,
cualquiera podría imaginar que la personalidad de Betrayus es siniestra, fría y calculadora. Para
haber matado a quienes se suponía que eran la debilidad de su ejército, uno
podría esperar que el sujeto es bastante táctico
y cruel; y dado su pasado, también podríamos imaginar un intenso resentimiento, odio o desdén hacia la
Pac-gente, sobre todo hacia Rotunda y el Presidente Stratos.
Sin embargo, nada
podría estar más lejos de la realidad. El Betrayus que nos presentan tiene esa historia
retrospectiva, pero también tiene la
personalidad de un niño malcriado de 9 años. Llorón, impaciente, caprichoso, irresponsable, bufonesco,
torpe, cobarde, y sobre todo irritante, este supuesto “villano
principal” no actúa para nada como el sujeto que nos dijeron que sería.
 |
Un ejemplo de la discrepancia en el modo en que PatGA representa a Betrayus: aquí tenemos a nuestro genocida bélico llorando y chupándose el dedo porque alguien le ganó en un partido de ping-pong. |
Una vez arruinada
la actitud de Betrayus, los escritores procedieron a arruinar su presencia, pues como expliqué antes,
los episodios finales de la primera temporada metieron aliens a la mezcla. Éstos
llegaron sólo para decir que Betrayus no
había matado a ningún Amarillo, y luego desaparecieron del show.
Habiendo
descanonizado el mayor logro malvado de Betrayus y creado una segunda meta para
Pacster (encontrar y rescatar al resto de los Amarillos), nuestro espectro
blanquecino pasó a segundo plano. Un
modo sencillo de comprobarlo es contando el número de episodios en los que el albino
aparece en cada temporada. En la primera, lo vemos en 23 de los 26 episodios
que hay; pero en la segunda temporada, sólo aparece en 13 de los 26 episodios restantes.
Gracias a la
menguante presencia de Betrayus, llega un punto en la serie en la que te
empiezas a preguntar “¿Para qué sigo
viendo esto?”. Si la primera
temporada nos dijo que el fulano era un inepto, y la segunda temporada nos dijo que había cosas más importantes en
las cuales pensar, ¿por qué no simplemente darle una derrota definitiva en la
primera temporada, y dedicar el 100% de la segunda a la búsqueda de los Amarillos?
Y luego recuerdas
que la serie se titula “Pac-Man y las
Aventuras FANTASMALES”, y te das
cuenta de que los escritores no podían
deshacerse de él por mucho que lo desearan. Betrayus y su ejército de
espectros permanecieron en el show porque estaban obligados a hacerlo. Así retomamos el tema de la falta de amor en
el show: la producción no quería a su
villano principal, y esa falta de amor resonó por lo alto.
…
Si lo vemos con
tanta superficialidad, enfocándonos en números de episodios, errores de lógica
y discrepancias de tono narrativo, ya suena como algo demasiado feo. Pero una
vez que te fijas un poco en las implicaciones, te das cuenta de algo muy doloroso, aunque no por las mismas
razones de todo lo demás.
Retomemos lo
antes dicho sobre Betrayus siendo una
víctima de violencia y rechazo constante durante su juventud. Pensemos en
cómo tú, yo, o cualquier otra persona se hubiera sentido si hubiese estado en
su lugar. Imagínate siendo ignorado por
tus padres, comparado con tu hermano
superdotado, y mofado por el resto
de la gente en tu entorno.
Imagina el estado de tu salud mental. ¿Cómo crees que te hubieras tornado en
la adultez teniendo esa infancia por detrás? Tal vez hubieses acabado temeroso de todo el mundo, tal vez no
serías capaz de confiar en nadie,
tal vez sufrirías de depresión crónica
(junto a todo lo que eso implica), tal vez te volverías un yes-man limosneando por atención…
o tal vez, como Betrayus, acabarías ahogándote
en tu propio rencor hasta cometer crímenes de lo más atroces.
Betrayus podrá
ser un genocida intentando lucir intocable, pero en el fondo, sabemos que todavía no ha superado su
pasado. De vez en cuando, la primera temporada nos lo muestra recordando
con dolor sus traumas, así que da igual cuánto se esfuerce por aparentar
invencibilidad, pues nosotros sabemos que sigue muy dañado por dentro.
Y luego llega ese asqueroso humor que contamina la
enteridad de PatGA, y somos forzados a observar cómo esta
víctima de maltrato no deja de ser mofada por
su madre, por su hermano, por sus subordinados y por sus enemigos. Sin importar cuánto
haya sufrido en su infancia ni cuánta devastación haya causado en su adultez, BETRAYUS SIGUE SIENDO EL HAZMERREÍR DE
PAC-MUNDO. Sé que un genocida no merece la paz, ¿pero acaso soy la única a
la que se le retuerce el estómago al notar que Betrayus nunca pudo ser feliz?
El fulano no tiene amigos, ni pareja, ni una familia
que le brinde soporte emocional. Su ejército fantasmal se burla de él a sus espaldas, y Pacster no lo ve como un rival de cuidado. Stratos le recalca siempre cómo
uno se está pudriendo de miseria
mientras el otro es un amado gobernante, y Rotunda se queda a un papeleo de distancia de adoptar al
chamaco amarillo, lo que lo volvería un nuevo familiar que lo maltrata
frecuentemente.
En serio: Betrayus no consigue NI UN PEQUEÑÍSIMO
RESPIRO de semejante existencia tortuosa en toda la serie. Su rol es ser el blanco de todos los chistes,
y nunca podrá librarse de ello porque su estatus como fantasma lo vuelve
inmortal. Sé que los malos no deben ganar, ¿pero no sienten que esto ya es
excesivo? Una víctima de maltrato
infantil pasará el resto de la existencia sufriendo inconsolablemente, y lo
que este show espera que haga es QUE ME
RÍA DE ELLO.
El show espera
que me ría cuando Stratos le recalca a Betrayus su enésima derrota. Espera que
me ría cuando Rotunda le dice a Pacster que lo quiere adoptar mientras Betrayus
observa anonadado. Espera que me ría cuando nos cuenta sus recuerdos penosos de
la juventud. Espera que me ría del
fulano traumado.
Si este fuera un
villano normal, no-simpatético,
podría reírme de él tanto como me reí en mi infancia de Sam Bigotes, Robbie
Rotten, Vicky, etcétera. Pero Betrayus es un villano SIMPATÉTICO: la idea es que una parte de mí SIMPATICE con una parte de él.
Si la producción quería que me riera de Betrayus, debió haber desechado su
pasado trágico; y si tanto quería conservar el pasado trágico, entonces debió
haberle dado cuando menos un amigo, un
secuaz leal, una mascota, o al menos un pasatiempo. Algo. LO QUE SEA.
Y como la cereza
del pastel, gracias a que PatGA fue cancelado abruptamente, Betrayus nunca llegó a nada. No
consiguió ni un pequeño progreso en
sus planes malvados, ni tuvo una sola
pelea digna contra los héroes, ni
encontró alguna forma de consuelo, y ni
siquiera fue derrotado por completo. Al menos Pacster puede presumir que
terminó la serie con la esperanza de recuperar a sus padres, pero a Betrayus no
le dieron ni el beneficio de la duda.
El fulano inició y terminó igual, sin un mínimo avance o retroceso.
 |
Damas y caballeros, les presento la última aparición de Betrayus en el último episodio de PatGA. No está derrotado en batalla, no está aprisionado por sus crímenes, ni está sentado en su trono en medio de un final trágico. No: lo último que Betrayus hace en pantalla es esconderse de los protagonistas con una notoria expresión de miedo en el rostro. Pueden sacar sus aplausos irónicos y sus caras de decepción ahora. |
Al final,
Betrayus acabó siendo para la audiencia lo mismo que fue para su familia: un insignificante montón de nada. Esa es la tragedia de Betrayus: la
tragedia de un villano que no pudo hacer nada ni para mejorar su propia vida ni
para empeorar la de sus enemigos. Y si un personaje no influencia su entorno para
bien ni para mal, es como si no existiera. Por eso dije en el título de esta
sección que PatGA es una aventura sin antagonista: porque un villano cuya villanía no cambia a su entorno en lo absoluto
es como un villano inexistente.
UNA AVENTURA SALVABLE
Tras todo lo que
hemos dicho en esta publicación, podría parecer que PatGA merece ser
eliminado de la existencia, sin ‘pero’ que valga. Sin embargo, bien dice el dicho que ‘todo tiene remedio excepto la
muerte’: el propio fandom de
PAC-MAN suele decir que PatGA no era tan malo, y que sólo
fue víctima de una desafortunada lista de malas decisiones creativas. Echemos
un nuevo vistazo con ojos más compasivos, a ver qué encontramos.
De entrada,
tenemos que el lore de PatGA no está tan
mal. El trasfondo de Betrayus es sólo una fracción de lo que este mundo
tiene por contarnos, pues otras subtramas de interés son:
– El Árbol de la Vida como origen y fuente de toda
la vitalidad de Pac-Mundo. Si el Árbol muere, también morirán todos en el planeta, por lo que
cuidarlo es de suma importancia. También, es curioso notar que sus frutos, las
Bayas de Poder, son un arma natural contra los fantasmas, como si este árbol
fuera un literal repelente de muerte.
– Los Amarillos como los gobernantes
legítimos de Pac-Mundo. Según lo que podemos ver, Stratos es el presidente
actual sólo porque el último Amarillo viviente (Pacster) sigue siendo un menor
de edad.
– El Repositorio: un aparato creado
específicamente para castigar a Betrayus y a sus seguidores. Un arma bélica que
separa el cuerpo del alma, y que podría ser muy peligrosa si cae en malas
manos.
– El Inframundo, que es básicamente un
infierno family-friendly. No
sabemos si existe un Pac- Paraíso, ni tampoco qué les pasa a las almas de quienes
fueron personas buenas en vida. ¿Acaso el Inframundo solía ser una versión
neutral (ni buena ni mala) del Más Allá antes de la llegada de Betrayus? ¿O acaso
el Inframundo aloja exclusivamente al ejército de Betrayus, y todas las demás
personas muertas simplemente se esfuman?
– La soledad de Pacster como el último
Amarillo. Ciertos episodios recalcan cómo el muchacho se siente medio perdido
en la vida sin sus padres. Su tía es su guardiana legal, pero obviamente eso no
llena el vacío paternal por completo, así que esa podría ser una buena fuente
de historias emocionales.
– La Guerra Pac-Mundial: sería
genial que tuviéramos un puñado de episodios explorando cómo eran las vidas de
los personajes adultos antes del conflicto y durante el conflicto.
– El pasado de Blinky, Inky, Pinky y
Clyde. Dudo mucho que estos cuatro chamacos hayan sido ejecutados en el
Repositorio, así que algo más les debió haber pasado para morir tan jóvenes y
acabar en el Inframundo.
– La familia Spheros. Ya conocemos
el lado de Betrayus en esa historia, pero también sería lindo tener una
perspectiva más amplia por parte de Rotunda, Stratos o algún otro miembro del
clan.
 |
Pacster mirando con melancolía una fotografía de sus padres. Esta es una de las POQUÍSIMAS ocasiones que recuerdo de Pacster siendo caracterizado como algo más que un simple comelón. Por cierto, comenten si alguno de ustedes puede identificar en qué están basados los juguetes que el Amarillo tiene a su izquierda. |
…
Otra oportunidad
de oro la tenemos en la sencillez de los personajes. Antes nos quejamos de que
el cast tenía una personalidad tan
unidimensional que te podría curar el insomnio, por lo que un área de “reparación”
obvia para PatGA sería darles algo de chispa a sus integrantes. Podríamos
darles pasatiempos, talentos, temores, amaneramientos,
defectos, aspiraciones, dinámicas
interpersonales, etcétera.
Por ejemplo,
recuerdo que en un episodio del show (no recuerdo cuál, pero estoy segura de
que fue en la primera temporada) se menciona que la madre de Pacster era una
buena chef, ¿así que por qué no hacemos que Pacster también tenga un talento relacionado a la comida? O
también, a sabiendas de lo mal que Betrayus se lleva con Stratos, ¿y si hacemos
que ambos se la pasen lanzándole apodos
ofensivos u irónicos entre ellos?
Otro ejemplo que
se me ocurre es darles reacciones especiales a los adultos ante el hecho de que,
si Pacster pierde un solo conflicto importante contra Betrayus, una nueva
guerra podría iniciar. Podríamos hacer que algunos personajes estén paranoicos, que otros estén temerosos, que otros tengan ‘memorias de Vietnam’, y que otros
pongan máscaras de tranquilidad para
ocultar su intranquilidad interna.
En
contraposición, también podríamos hacer que los personajes más jóvenes se tomen
el asunto con cierto entusiasmo,
sintiendo que están por vivir la aventura de sus vidas. Luego, conforme vayan
progresando los capítulos, los podríamos ver comprendiendo que no es muy bonito andar estresado todos los
días pensando que, si cometes un sólo error, toda la gente que amas morirá.
…
Por último,
retomemos una vez más a Betrayus,
pues ya se podrán imaginar la tremenda ‘telenovela’ que podríamos armar con su
historia. La gracia de los villanos simpatéticos está en que nunca sabemos cómo
terminarán sus historias: como personajes redimidos
o como monstruos irreparables. La
balanza moral con ellos está equilibrada, y queda en manos de los escritores elegir si inclinarla hacia el lado del
bien o hacia el lado del mal.
 |
Betrayus enviando a sus súbditos espectrales a un nuevo ataque. Vamos, no me pueden negar que esta toma luce épica. Imaginen lo asombroso que pudiese haber sido este show si Betrayus hubiese sido tomado en serio por los escritores. |
Sabemos que Betrayus armó todo el escándalo de la
guerra porque estaba desesperado por
atención. Los fantasmas le ofrecieron nombrarlo su rey si él les conseguía
dominio sobre la superficie, y por eso él ejecutó su genocidio. Si me lo
preguntan a mí, hay un modo de lo más sencillo para inclinar su balanza a un
bando o al otro:
– Si hiciéramos
que su familia se disculpara con él y le ofreciera alguna clase de compensación
emocional, o si le diéramos amigos genuinos que le brindaran algo de
solidaridad, podríamos reformar a
Betrayus. Que el fulano vea que no necesita ejecutar desastres globales
para ser respetado, que capte que cruzó la línea con lo que les hizo a los
Amarillos, y que busque el modo de compensar los daños causados (o mínimo, que
acepte su castigo eterno con honor).
– Si hiciéramos
que ni su familia ni nadie más lo viera como otra cosa que no sea un sociópata
asesino, podríamos mandar a Betrayus al
fondo de su espiral decadente. Que su coraje lo vuelva un villano cada vez
más imperdonable, que rompa cada vez más límites morales, y que ya sea
demasiado tarde cuando su familia capte lo que provocó con su despecho. Como
gran final, el espectro blanco podría ser derrotado y aprisionado eternamente,
para que se ahogue en su propio rencor durante toda la eternidad.
Lo único que
necesitamos para arreglar a Betrayus es dejar
que su historia se mueva hacia algún lado (ya sea bueno o malo), en vez de mantenerlo
estancado sin progresos ni retrocesos; y desde luego, mantener consistente su pasado con su presente. Es más: si quisiéramos
eliminar los traumas de la infancia y volverlo un antagonista estilo ‘Saturday Morning’, también es válido.
Mantén a Betrayus consistente e
importante, y listo: puedes llevarlo a donde quieras en tu trama sin mayor
complicación.
…
Con tantos detalles
rescatables, reparables y utilizables, es posible que algunos de ustedes estén
algo perdidos. ¿Por dónde comenzar
cuando tienes tanto por arreglar?
Bueno, si mis clases en la universidad son de fiar, el modo más sencillo de
comenzar sería definir el tono narrativo
que queremos que el show tenga. Una vez elegido el tono, podremos filtrar
con facilidad cuáles elementos conservar y descartar.
Del modo en que
yo lo veo, son tres los posibles
tonos narrativos que le podríamos dar a PatGA. Dejaré que cada uno de
ustedes elija cuál le parecería mejor, pero recuerden que no podemos mezclar
tonos, así que cuando elijas uno,
tendrás que descartar los otros dos:
1.- CARICATURA INFANTIL CON TOQUES EDUCATIVOS
SIMILAR A: Octonautas, Paw Patrol, PJ
Masks, etcétera.
El rumbo que
Bandai-Namco deseó desde el comienzo, pero también el rumbo que más ahuyentaría
a los fans veteranos de esta franquicia. Para conseguir este tono narrativo,
tendríamos que eliminar TODAS las connotaciones bélicas en el lore, por lo que Betrayus no sería un
general rebelde y Pacster no sería el único Amarillo que todavía vive.
Esta versión de
la historia no tendría un objetivo específico a conseguir. Betrayus sería un
antagonista (no un villano) poco
amenazante, y el bando de Pacster se enfocaría más en ser buenos ciudadanos que
en luchar contra los fantasmas. Cada episodio tendría una lección moral para su
infantil audiencia, como comer sanamente, no decir mentiras, etcétera. También,
no sería necesario darles muchos matices a los personajes: bastaría con darles
una afición distinta a cada uno.
 |
Si volviéramos a PatGA un show infantil como este, seguiríamos la línea que su empresa madre quiso desde el comienzo, pero a cambio perderíamos la mayor parte del drama bélico que se propuso en la versión original. |
2.- COMEDIA EPISÓDICA PARA TODA LA FAMILIA
SIMILAR A: Phineas y
Ferb, Sonic Boom, Los Padrinos Mágicos, etcétera.
El rumbo que
probablemente tendría más éxito, aunque sólo si se hace muy bien. Para conseguir este tono narrativo, deberíamos eliminar
las connotaciones bélicas en el lore,
y dejarlas más bien como típicas connotaciones de superhéroes comunes y supervillanos
comunes.
En lugar de
enfocarnos en las lecciones como en el punto 1, este punto 2 se centraría en
chistes verbales, comedia situacional y violencia slapstick. De vez en cuando podría haber capítulos explorando el
lado profundo de los personajes, pero el común denominador en el show sería una
trama ligera. Por tener una historia tan accesible y un público objetivo tan
amplio, no sería complicado enganchar a una gran fanaticada, pero también
habría que tener cuidado al elegir la duración de la serie y terminarla antes de que se flanderice.
 |
Si volviéramos a PatGA una comedia familiar como esta, las probabilidades de éxito serían superiores al resto de las opciones, a cambio del elevadísimo riesgo de que un solo desliz estropeara todo su encanto. ¿El desliz más común en esta clase de casos? Sobreexplotar el show hasta que pierda toda su chispa. |
3.- AVENTURA SEMI-SERIALIZADA PARA TODA LA FAMILIA
SIMILAR A: Amphibia, Hora
de Aventura, Avatar: la leyenda de Aang, etcétera.
El rumbo que todo
el fandom quisiera ver, aunque
también el más riesgoso. Para conseguir este tono narrativo, habría que
eliminar los aspectos de tipo “la lección del día” y enfocarnos sólo en el drama de la post-guerra. Betrayus
intentaría conquistar la superficie y matar a todos, mientras que el objetivo
central de Pacster y compañía sería frenarlo de una vez por todas.
Si bien el
entorno de la animación family-friendly
se ha expandido mucho en la última década para permitir tramas más serias, no
puedo dejar de recalcar que con la
guerra no se juega. Esta hipotética reparación de PatGA debería ser muy
cautelosa para manejar sus matices bélicos. Si no fuera lo suficientemente
seria, volveríamos a caer en el error del blanqueamiento; pero si fuera
excesivamente seria, perderíamos la etiqueta de ‘para toda la familia’ (y con
ello, al menos el 50% de la posible audiencia). Una labor complicada, pero
tampoco imposible, ni mucho menos infructuosa.
 |
Si volviéramos a PatGA una aventura semi-serializada como esta, se le daría a la audiencia una historia digna de ser recordada en años venideros, pero a cambio de un laborioso (y seguramente costoso) trabajo de producción para asegurarnos de que cada minúsculo detalle importante estuviera bien entonado con el concepto de la post-guerra. |
CONCLUSIÓN
¡Muy bien, amigos
lectores: es hora de la reescritura! De entre las tres opciones que he dado
antes, guiándome por preferencias personales, la que yo tomaré como base será…
¿Verdad que los engañé? Descuiden: esta serie de publicaciones no será
más larga de lo que ya ha sido. La reescritura de PatGA llegará sin duda, y
de hecho ya he comenzado con los primeros borradores, pero el producto final todavía está lejos de llegar. Con mucha
paciencia, puede que logren ver mi reescritura de PatGA en unos 12 meses.
Cambiando de
tema, lo crean o no, intenté redactar esta
crítica a PatGA tres veces, siendo el tercer borrador
el que se convirtió en la versión finalizada que acaban de leer. Al parecer,
tenía tantas quejas guardadas que no supe organizarlas y resumirlas al primer
intento. Necesité escribir toda la bilis
en la primera versión (que tuvo 38 páginas de largo), luego organizarla en la segunda versión (que
tuvo 30 páginas de largo), y finalmente resumirla
en la tercera versión (que tuvo 21 páginas de largo). Para ser una caricatura cuya existencia olvidé por una década, no
esperaba que tendría tantas cosas por decir, pero me alegra por fin habérmelas
sacado del pecho.
¿De qué les hablaré
en mi siguiente publicación? ¿Cuándo llegará? Honestamente, no tengo idea. Tengo al menos cuatro opciones, pero
con la carrera universitaria acercándose a su periodo más intenso (más detalles
en mi futura publicación por el tercer aniversario), es posible que tenga que
limitarme a publicar tops, que son mucho más sencillos de redactar que las usuales
publicaciones en multi-parte.
Por el momento, espero que se hayan divertido
leyendo mis quejas sobre un show que no es para nada divertido. Hace mucho tiempo que quería abordar el
tema del brainrot en las series
animadas previas al dominio de YouTube, y lo mucho que me pesa ver a tan
asombroso medio narrativo siendo utilizado en formas tan insulsas. Ojalá que,
por medio de los identificadores que mencioné, alguien en mi público logre
identificar y alejarse a tiempo de esta y otras fuentes de brainrot, pues como hice hincapié a inicios de esta publicación, ¿de qué sirve entretenerte con algo si al
final no te dejará nada bueno?
Sin más que agregar,
me despido. ¡Hasta la próxima, queridos lectores, cuídense y no olviden ser
críticos con lo que consumen!