jueves, 29 de mayo de 2025

¡Tercer aniversario de “Título en Proceso”!... ¿Y ahora qué?

Tiempo estimado de lectura: 11 minutos

Antes de ponerme a escribir esto, abrí mi documento del aniversario anterior para mantener consistente mi formato, ¡y Santo Arceus, vaya que aquella publicación ha envejecido mal! ¿Quién diría que, después de advertirles a mis lectores sobre un periodo difícil en mi vida, acabaría topándome con (casi) todo lo contrario? Hagamos un repaso.

En el 29 de mayo anterior, les relaté cómo tuve unas cuantas complicaciones con mi artritis reumatoide, cómo las materias universitarias de Animación me estaban haciendo replantear mis decisiones educativas, y cómo las prácticas profesionales seguramente estaban por robarme el poco tiempo libre que tenía. Dos meses después de publicar aquel aviso, esos tres baches desaparecieron de mi vida.

Primero, perdí mi empleo a finales de julio debido a complicaciones económicas de parte de mi empleadora, por lo que pude pasar un mes entero sin sobreforzar mis articulaciones. No obstante, como tampoco tenía un ingreso con el cual solventar las colegiaturas, tuve que solicitar una baja temporal en la universidad mientras encontraba una nueva fuente de ingresos.

Luego, en septiembre, conseguí un nuevo empleo. Era un empleo tranquilo y amigable con mi cerebro autista y con mi cuerpo artrítico, pero por desgracia también me devolvía un salario insuficiente para cubrir las colegiaturas. Con el objetivo de ahorrar lo suficiente para retomar la escuela, mantuve la baja temporal por ocho meses. ¿Cuándo retomé la universidad? Hace apenas una semana. De forma irónica, a mediados de este mismo abril de 2025, mi antigua empleadora volvió a ofrecerme un lugar en su equipo, habiéndose recuperado de su propio bache monetario.

Entonces, ¿qué significa toda esta palabrería mía? Que, si lo vemos de cierto modo, ninguno de los malos agüeros que pronostiqué hace un año se cumplió. Mi vida se congeló durante al menos ocho meses: no hubo avances ni retrocesos. Podemos tomar todo lo que predije en el aniversario pasado y trasladarlo al aniversario actual, porque nada de lo que iba a ocurrir ocurrió.

Mentalmente, no me la he pasado muy bien. Una serie de desafortunadas coincidencias y proyectos personales arruinados me bajaron mucho los ánimos a partir de enero. También, el descubrimiento de que tal vez padezca TDA me ha dejado… agitada…, por decirlo de un modo amigable. Este año de 2025 inició sacudiéndome como un temblor, y apenas comencé a recuperarme en abril.

Como una mujer prevenida vale por dos, pude mantener vivo el blog gracias a un pequeño respaldo de publicaciones que había escrito por adelantado, en caso de emergencias. La resurrección de los cómics de DWD Dynamite también me obligó a armar las opiniones de sus spin-offs en tiempo récord, y por eso Título en Proceso pareció funcionar con regularidad a pesar de mis deslices emocionales.

No obstante, el respaldo ya ha sido agotado, y con mi salud mental todavía recobrándose y la universidad descongelándose de su parálisis de 8 meses, se podría ser que he regresado de vuelta al principio.

Entonces, ¿qué significa toda esta palabrería para Título en Proceso?

Básicamente, significa lo que ya expresé en el título de esta publicación de aniversario: que no tengo ni la menor idea de lo que haré ahora. La vida es impredecible, así que aunque yo haga planes, nunca sabré con exactitud si podré cumplirlos. Título en Proceso seguirá publicando contenido: eso no lo duden… Pero eso sólo responde a la pregunta del “Qué”, mientras que la pregunta del “Cuándo” sigue sin respuesta.

Por el momento, si desean saber más sobre las cosas que DEFINITIVAMENTE llegarán a este humilde blog (ya sea tarde o temprano), les dejo mi lista de propósitos de aquí a mayo de 2026:

 

PRIMERA ACTUALIZACIÓN: No más promesas

Retomando un poco el hilo del año pasado, la incertidumbre que acompaña al combo de ‘escuela + trabajo + prácticas profesionales’ es una que no puedo ignorar. Es costumbre que en cada aniversario les prometa algún cambio o añadido grande para Título en Proceso, sólo para que vuelva con ustedes en el aniversario siguiente con la cola entre las patas por no haber cumplido.

Después de tres años, me he cansado de revivir el ciclo una y otra vez, así que la primera gran actualización de este aniversario se resume en que evitaré hacer promesas grandes de aquí a futuro. El contenido que publique dependerá de mi tiempo, de mi salud mental, y de lo que me interese en el momento.

Ahora que tengo presente la posibilidad de que padezca TDAH, y a sabiendas de que Título en Proceso es mi zona de relajación, quiero que este rincón del Internet me sirva para descansar de la escuela, del trabajo, y de otras ocupaciones que demanden mi atención a un grado más intenso. Título en Proceso es donde puedo escribir sobre lo que quiera cuando quiera, y ojalá así seguirá siendo.

No más promesas: a partir de ahora, iré con la corriente y publicaré lo que la vida me permita publicar.

 

SEGUNDA ACTUALIZACIÓN: Sobre la reescritura de “Viajes Pokémon”

Damas y caballeros: es un placer anunciarles que, después de un año y medio de trabajo, mi rewrite de Viajes Pokémon ha sido completado y está listo para ver la luz del día. Si todo sale bien, comenzaré a publicarlo en junio o julio de este mismo año, pero como dije antes, no les prometo nada.

Esta será una reescritura bastante diferente a las que hemos tenido en Título en Proceso hasta el momento. Por lo general, lo que yo suelo entregar es una reescritura en dos mitades: una explicación previa de mis razonamientos tras los cambios, y luego la reescritura en sí, todo envuelto en un paquete de tres partes a lo mucho.

En cambio, la reescritura de Viajes Pokémon tiene una extensión de nueve partes, con las explicaciones espolvoreadas según se vayan requiriendo. También, aparte de publicar una parte cada semana como es costumbre, habrá descansos de 15 días cada vez que cambiemos de “temporada” en la reescritura.

Mi razón para espaciar más esta mega-reescritura está en que, como dije antes, puede que en un futuro cercano no tenga mucho tiempo para escribir. Entonces, a sabiendas de que posiblemente no haya más cosas por publicar, considero que espaciar el rewrite de Viajes Pokémon es lo más prudente.

En resumen: el rewrite de Viajes Pokémon ya está listo, posiblemente lo comenzaré a publicar durante este verano, será muy largo, y espaciaré un poquito más de lo usual sus partes para hacerlo más manejable para ustedes y para mí.

 

TERCERA ACTUALIZACIÓN: Una nueva etiqueta para Darkwing Duck

Esta actualización no debería sorprenderle a nadie. Tengo la sensación de que al menos un cuarto de las publicaciones que tengo bajo la etiqueta de “Otros” son publicaciones de DWD, y a sabiendas de lo que está por venir, será mejor que le dé a este fandom su categoría aparte.

Según lo mencionado en la actual saga de cómics de Darkwing Dynamite, tendremos al menos 12 capítulos nuevos por analizar. A eso sumémosles otros temas antiguos de la franquicia de los que quisiera hablar (la premier del show animado, el especial Just Us Justice Ducks, el desperdiciado Jail Bird, análisis individuales a los personajes, y un largo etcétera), y supongo que DWD queda más que justificado para recibir su propia etiqueta.

Por desgracia, eso no significa que mis publicaciones anteriores de DWD vayan a recibir un cambio de etiqueta. Blogger es un sitio web bastante rudimentario, y si trato de editar las etiquetas de mis publicaciones pasadas, el resto de su información (por ejemplo, imágenes) también tendrá que ser acomodada desde cero.

Entonces, las opiniones que redacté en el pasado sobre The Duck Knight Returns 2019, DWD Dynamite, Justice Ducks y Negaduck tendrán que quedarse bajo la etiqueta de “Otros”, mientras que futuras publicaciones sí estarán marcadas bajo la etiqueta de “Darkwing Duck.

 

CUARTA ACTUALIZACIÓN: Las opiniones perdidas

Para aquellos que sigan a Título en Proceso por mi contenido de Sonic the Hedgehog y/o de Looney Tunes, es posible que se hayan fijado en la notoria ausencia de dos opiniones muy importantes. Y es que, a pesar de estar a pleno 29 de mayo de 2025, todavía no he redactado (ni mucho menos publicado) una opinión sobre “Sonic: La Película 3”, ni tampoco una para “El Día que la Tierra Explotó: Una Película de Looney Tunes”.

Siendo sincera, la razón por la que no he escrito nada sobre estos largometrajes es que no tengo nada por decir que otras personas no hayan dicho en otros medios. Comparto mis opiniones con el común de ambos fandoms (salvo ligerísimas diferencias), así que no creo que valga la pena que yo repita lo que tantas otras personas ya han dicho.

De todos modos, por si a alguien le interesa, aquí les dejo una versión resumida de mis opiniones.

SONIC: LA PELÍCULA 3
Mi calificación es de 9.5/10. Sin duda es la mejor película de la saga hasta ahora. Incluso con los cambios respecto a los videojuegos, la historia de Shadow es tomada con la seriedad y el respeto que merece. El progreso del Equipo Sonic mientras madura y se vuelve un supergrupo competente se está llevando de maravilla. La calidad del CGI es impecable, al grado de que no me molestaría que la futura Sonic 4 no tuviese mejoras visuales respecto a Sonic 3.

Sólo tengo dos quejas. La primera es que se siente que el uso de “Live and Learn” estuvo más para callar a los fans que para genuinamente honrar a uno de los momentos más icónicos de la franquicia, un sentimiento que se realza más cuando notas la ausencia de otras melodías icónicas de Sonic Adventure 2 (y no: “E.G.G.M.A.N.” no cuenta porque fue un cameo de dos segundos). La segunda queja es que, tras ver las escenas eliminadas, te das cuenta que esta película pudo haber sido incluso mejor.

EL DÍA QUE LA TIERRA EXPLOTÓ: UNA PELÍCULA DE LOONEY TUNES
Mi calificación es de 9.2/10. Los (pocos) promocionales me prometieron un Looney Tune de 90 minutos, y eso es exactamente lo que recibí. La película no es una obra maestra del cine, ni tampoco una muestra de innovación técnica o artística, ¡pero vaya que se agradece su simpleza en el actual entorno del cine, donde casi todos intentan apantallarte sólo porque sí!

Adoro la dinámica entre los protagonistas, adoro al Invasor (y en verdad quisiera que se volviera un personaje recurrente en la franquicia de aquí en adelante), adoro la trama, adoro la comedia, adoro la banda sonora, adoro la animación, y adoro las referencias ocultas que sólo un nerd de los Looney Tunes podría notar.

Mi única queja es el modo en que los protagonistas consiguen alzarse otra vez después de su derrota inicial contra El Invasor. Es un guionazo CALCADITO de la primera película de Bob Esponja, y siento que un mejor modo de resolverlo hubiese sido dejar que Porky se encargara solito (porque él no aporta nada propio en toda la película). Entre eso y el científico anónimo que se cuela en el clímax por motivos que desconozco, no hay ningún otro problema mayor.

¡Y eso es todo por ahora!

El último año ha sido uno lleno de sorpresas, tanto en mi vida personal como dentro de este humilde blog. Me disculpo si alguien ha salido decepcionado con estas actualizaciones que he anunciado para los próximos 12 meses, pero esa es la realidad. Y para quienes no tengan quejas o dudas al respecto, les agradezco mucho su comprensión. Ojalá que mi contenido siga siendo tan interesante que los convenza de seguir leyendo Título en Proceso por mucho más tiempo. Sin más que añadir, ¡cuídense mucho, queridos lectores! ¡Hasta la próxima!

domingo, 11 de mayo de 2025

“Pac-Man y las Aventuras Fantasmales” es un insulto a la inteligencia humana [Parte 3 de 3]

Fandom: PAC-MAN.
Nivel de conocimiento previo requerido: Bajo o nulo.
Tiempo estimado de lectura: 22 minutos.

[Link a la Parte 2 ya disponible aquí]

UNA AVENTURA SIN ANTAGONISTA

Ay, Betrayus… AY, BETRAYUS. Mi queridísimo y al mismo tiempo odiadísimo Betrayus, ¿qué hiciste para merecer semejante destino? Te equivocaste de caricatura, m’hijo, porque tú merecías estar en cualquier otro sitio que no fuera PatGA. A los escritores no les bastó maltratarte dentro de la historia, porque también te maltrataron fuera de ella.

Queridos lectores: hablar de Betrayus me duele. No es el mismo dolor que sentí cuando tuve que mencionar el humor de retrete, pues ese dolor venía del repudio. Con Betrayus, mi dolor nace de ver a un villano de semejante categoría pisoteado con semejante crueldad narrativa. Betrayus fue la razón por la que la Karen preadolescente se mantuvo fiel a la tortura que fue PatGA durante sus dos años de existencia, y también fue la razón por la que se marchó con tanto resentimiento. Betrayus es una tragedia dentro y fuera de la serie, y ahora es mi labor compartir esa tragedia con ustedes.

Comencemos con lo más básico: su diseño. PatGA es un show con diseños de personaje muy limitados, producto de que todos sean esferas con extremidades o fantasmas sin piernas. Eso no lo juzgo: una vez intenté rediseñar al cast principal porque estaba aburrida, y admito que es muy difícil darle personalidad visual a cada integrante cuando no puedes dibujar blusas, chamarras, faldas, etcétera.

Sin embargo, tal parece que los diseñadores en la producción tomaron aquella idea de “fantasma genocida bélico” y le invirtieron al menos la mitad del presupuesto a él solito, pues mientras el resto del cast luce dibujado con salarios de diez pesos mexicanos, a Betrayus le tocó verse así:

Betrayus en su forma fantasmal actual.


Betrayus antes de ser convertido en fantasma.

Tal vez no parezca la gran cosa, pero compárenlo con el resto de diseños que hemos visto durante la serie de publicaciones, y la diferencia es abismal. A nadie le extraña que Betrayus sea el personaje con más fanarts, pues su diseño es un oasis en el desierto que representa su show.

Les dejo un dato curioso bastante macabro: ¿Se fijan que Betrayus tenía un cabello bien peinado cuando estaba vivo, pero tiene las greñas en punta en su forma fantasmal? Eso es porque murió en (el equivalente family-friendly de) la silla eléctrica. Nomás para que vean que, aunque los escritores no se tomaron en serio lo de la guerra, al menos los diseñadores sí lo hicieron.

Pero el diseño es sólo lo superficial. Lo que más importa de un personaje son sus aportes en la historia, y siendo Betrayus el villano principal original (antes de que lo rebajaran a secundario gracias a los aliens), la responsabilidad narrativa que tenía era muy grande. Echémosle un vistazo a su lore:

Betrayus Sneakerus Spheros, actualmente conocido como ‘Comandante Betrayus’, ‘Lord Betrayus’, o simplemente ‘Betrayus’, es el líder del ejército fantasmal, y el hermano del Presidente Stratos.

Hijos de Rotunda Spheros, Betrayus y Stratos crecieron siendo comparados a un nivel no muy sano. Por un lado, el hermano verde probó ser un superdotado desde una edad temprana, ganando competencias, premios y reconocimientos en virtualmente cualquier cosa que intentara. En contraste, el hermano blanco era relativamente promedio, por lo que solía recibir desprecio de parte de los demás. Víctima de bullying en entornos sociales y de desatención en entornos familiares, no es de extrañar que Betrayus terminara como un adulto con una incontrolable hambre de poder y admiración.

No sabemos cuándo ni cómo Betrayus entró en contacto con el Inframundo y formó una alianza con los fantasmas. Lo que sí sabemos es que, a cambio de darles libertad y dominio en la superficie, los espectros prometieron serle leal. Así inició la Guerra Pac-Mundial, con Betrayus yendo tras los Amarillos porque ellos eran como armas naturales contra los fantasmas.

Tras finalizar la guerra, los fantasmas fueron encerrados de vuelta en el Inframundo, y como castigo por sus crímenes, Betrayus también fue convertido en fantasma y mandado al tétrico lugar. Los siguientes dieciséis años de su existencia fueron de espera, aguardando a que alguien reabriera la puerta a la superficie para volver a intentar su pequeña gran conquista. Ahora, su nuevo objetivo es hacerle pagar a Pac-Mundo por su aprisionamiento mediante el robo de su fuente de energía vital y de Bayas de Poder: el Árbol de la Vida.

Sin palabras. Esta era la clase de cosas que PatGA puso sobre la mesa en sus inicios, y la clase de cosas que me hubieran gustado que nos dieran hasta el final.

Betrayus es un clásico ejemplo de villano simpatético: incluso si no podemos perdonar sus actos, al menos podemos entender qué lo llevó a ejecutarlos. El fulano tuvo una infancia complicada, y tal parece que no encontró mejor modo de superar sus traumas que volviéndose un aspirante a dictador. Además, en caso de que no nos bastara con el contexto bélico, la producción también nos dio un subtexto de violencia intrafamiliar como aderezo. ¿Acaso podemos pedir más?

La respuesta es “sí, sí podemos pedir más”. Lo que podemos pedir es que semejante grandiosidad no sea desechada a inicios de la serie, pero aunque lo pedimos, no nos lo dieron.

Betrayus colándose en un debate presidencial para contar su historia de vida con el resto de la familia Spheros.

Quiero que imaginen que ponemos el lore de Betrayus en una licuadora, y le añadimos todas las estupideces que hemos estado discutiendo durante el resto de la crítica: la falta de matices, los errores de lógica, el humor de retrete, el blanqueamiento de la guerra y el abandono de los conceptos originales. Presionamos el botón de la licuadora para activarla, y una vez revuelto todo, la apagamos y vertemos el resultado en un recipiente.

Sí, la mezcla es tan asquerosa como se la están imaginando.

Betrayus fue la mayor víctima de la mediocridad en este show. Este villano tan perfectamente capaz de sostener la trama fue estropeado, gracias a que el universo al que le tocó pertenecer fue dirigido por gente en busca del brainrot perfecto.

Iniciemos con el mayor defecto de Betrayus: que su historia no corresponde con su personalidad.

A ver: según el lore que repasamos hace unos párrafos, cualquiera podría imaginar que la personalidad de Betrayus es siniestra, fría y calculadora. Para haber matado a quienes se suponía que eran la debilidad de su ejército, uno podría esperar que el sujeto es bastante táctico y cruel; y dado su pasado, también podríamos imaginar un intenso resentimiento, odio o desdén hacia la Pac-gente, sobre todo hacia Rotunda y el Presidente Stratos.

Sin embargo, nada podría estar más lejos de la realidad. El Betrayus que nos presentan tiene esa historia retrospectiva, pero también tiene la personalidad de un niño malcriado de 9 años. Llorón, impaciente, caprichoso, irresponsable, bufonesco, torpe, cobarde, y sobre todo irritante, este supuesto “villano principal” no actúa para nada como el sujeto que nos dijeron que sería. 

Un ejemplo de la discrepancia en el modo en que PatGA representa a Betrayus: aquí tenemos a nuestro genocida bélico llorando y chupándose el dedo porque alguien le ganó en un partido de ping-pong.

Una vez arruinada la actitud de Betrayus, los escritores procedieron a arruinar su presencia, pues como expliqué antes, los episodios finales de la primera temporada metieron aliens a la mezcla. Éstos llegaron sólo para decir que Betrayus no había matado a ningún Amarillo, y luego desaparecieron del show.

Habiendo descanonizado el mayor logro malvado de Betrayus y creado una segunda meta para Pacster (encontrar y rescatar al resto de los Amarillos), nuestro espectro blanquecino pasó a segundo plano. Un modo sencillo de comprobarlo es contando el número de episodios en los que el albino aparece en cada temporada. En la primera, lo vemos en 23 de los 26 episodios que hay; pero en la segunda temporada, sólo aparece en 13 de los 26 episodios restantes.

Gracias a la menguante presencia de Betrayus, llega un punto en la serie en la que te empiezas a preguntar “¿Para qué sigo viendo esto?”. Si la primera temporada nos dijo que el fulano era un inepto, y la segunda temporada nos dijo que había cosas más importantes en las cuales pensar, ¿por qué no simplemente darle una derrota definitiva en la primera temporada, y dedicar el 100% de la segunda a la búsqueda de los Amarillos?

Y luego recuerdas que la serie se titula “Pac-Man y las Aventuras FANTASMALES”, y te das cuenta de que los escritores no podían deshacerse de él por mucho que lo desearan. Betrayus y su ejército de espectros permanecieron en el show porque estaban obligados a hacerlo. Así retomamos el tema de la falta de amor en el show: la producción no quería a su villano principal, y esa falta de amor resonó por lo alto.

Si lo vemos con tanta superficialidad, enfocándonos en números de episodios, errores de lógica y discrepancias de tono narrativo, ya suena como algo demasiado feo. Pero una vez que te fijas un poco en las implicaciones, te das cuenta de algo muy doloroso, aunque no por las mismas razones de todo lo demás.

Retomemos lo antes dicho sobre Betrayus siendo una víctima de violencia y rechazo constante durante su juventud. Pensemos en cómo tú, yo, o cualquier otra persona se hubiera sentido si hubiese estado en su lugar. Imagínate siendo ignorado por tus padres, comparado con tu hermano superdotado, y mofado por el resto de la gente en tu entorno.

Imagina el estado de tu salud mental. ¿Cómo crees que te hubieras tornado en la adultez teniendo esa infancia por detrás? Tal vez hubieses acabado temeroso de todo el mundo, tal vez no serías capaz de confiar en nadie, tal vez sufrirías de depresión crónica (junto a todo lo que eso implica), tal vez te volverías un yes-man limosneando por atención… o tal vez, como Betrayus, acabarías ahogándote en tu propio rencor hasta cometer crímenes de lo más atroces.

Betrayus podrá ser un genocida intentando lucir intocable, pero en el fondo, sabemos que todavía no ha superado su pasado. De vez en cuando, la primera temporada nos lo muestra recordando con dolor sus traumas, así que da igual cuánto se esfuerce por aparentar invencibilidad, pues nosotros sabemos que sigue muy dañado por dentro.

Y luego llega ese asqueroso humor que contamina la enteridad de PatGA, y somos forzados a observar cómo esta víctima de maltrato no deja de ser mofada por su madre, por su hermano, por sus subordinados y por sus enemigos. Sin importar cuánto haya sufrido en su infancia ni cuánta devastación haya causado en su adultez, BETRAYUS SIGUE SIENDO EL HAZMERREÍR DE PAC-MUNDO. Sé que un genocida no merece la paz, ¿pero acaso soy la única a la que se le retuerce el estómago al notar que Betrayus nunca pudo ser feliz?

El fulano no tiene amigos, ni pareja, ni una familia que le brinde soporte emocional. Su ejército fantasmal se burla de él a sus espaldas, y Pacster no lo ve como un rival de cuidado. Stratos le recalca siempre cómo uno se está pudriendo de miseria mientras el otro es un amado gobernante, y Rotunda se queda a un papeleo de distancia de adoptar al chamaco amarillo, lo que lo volvería un nuevo familiar que lo maltrata frecuentemente.

En serio: Betrayus no consigue NI UN PEQUEÑÍSIMO RESPIRO de semejante existencia tortuosa en toda la serie. Su rol es ser el blanco de todos los chistes, y nunca podrá librarse de ello porque su estatus como fantasma lo vuelve inmortal. Sé que los malos no deben ganar, ¿pero no sienten que esto ya es excesivo? Una víctima de maltrato infantil pasará el resto de la existencia sufriendo inconsolablemente, y lo que este show espera que haga es QUE ME RÍA DE ELLO.

El show espera que me ría cuando Stratos le recalca a Betrayus su enésima derrota. Espera que me ría cuando Rotunda le dice a Pacster que lo quiere adoptar mientras Betrayus observa anonadado. Espera que me ría cuando nos cuenta sus recuerdos penosos de la juventud. Espera que me ría del fulano traumado.

Si este fuera un villano normal, no-simpatético, podría reírme de él tanto como me reí en mi infancia de Sam Bigotes, Robbie Rotten, Vicky, etcétera. Pero Betrayus es un villano SIMPATÉTICO: la idea es que una parte de mí SIMPATICE con una parte de él.
Si la producción quería que me riera de Betrayus, debió haber desechado su pasado trágico; y si tanto quería conservar el pasado trágico, entonces debió haberle dado cuando menos un amigo, un secuaz leal, una mascota, o al menos un pasatiempo. Algo. LO QUE SEA.

Y como la cereza del pastel, gracias a que PatGA fue cancelado abruptamente, Betrayus nunca llegó a nada. No consiguió ni un pequeño progreso en sus planes malvados, ni tuvo una sola pelea digna contra los héroes, ni encontró alguna forma de consuelo, y ni siquiera fue derrotado por completo. Al menos Pacster puede presumir que terminó la serie con la esperanza de recuperar a sus padres, pero a Betrayus no le dieron ni el beneficio de la duda. El fulano inició y terminó igual, sin un mínimo avance o retroceso. 

Damas y caballeros, les presento la última aparición de Betrayus en el último episodio de PatGA. No está derrotado en batalla, no está aprisionado por sus crímenes, ni está sentado en su trono en medio de un final trágico. No: lo último que Betrayus hace en pantalla es esconderse de los protagonistas con una notoria expresión de miedo en el rostro. Pueden sacar sus aplausos irónicos y sus caras de decepción ahora.

Al final, Betrayus acabó siendo para la audiencia lo mismo que fue para su familia: un insignificante montón de nada. Esa es la tragedia de Betrayus: la tragedia de un villano que no pudo hacer nada ni para mejorar su propia vida ni para empeorar la de sus enemigos. Y si un personaje no influencia su entorno para bien ni para mal, es como si no existiera. Por eso dije en el título de esta sección que PatGA es una aventura sin antagonista: porque un villano cuya villanía no cambia a su entorno en lo absoluto es como un villano inexistente.

 

UNA AVENTURA SALVABLE

Tras todo lo que hemos dicho en esta publicación, podría parecer que PatGA merece ser eliminado de la existencia, sin ‘pero’ que valga. Sin embargo, bien dice el dicho que ‘todo tiene remedio excepto la muerte’: el propio fandom de PAC-MAN suele decir que PatGA no era tan malo, y que sólo fue víctima de una desafortunada lista de malas decisiones creativas. Echemos un nuevo vistazo con ojos más compasivos, a ver qué encontramos.

De entrada, tenemos que el lore de PatGA no está tan mal. El trasfondo de Betrayus es sólo una fracción de lo que este mundo tiene por contarnos, pues otras subtramas de interés son:

– El Árbol de la Vida como origen y fuente de toda la vitalidad de Pac-Mundo. Si el Árbol muere, también morirán todos en el planeta, por lo que cuidarlo es de suma importancia. También, es curioso notar que sus frutos, las Bayas de Poder, son un arma natural contra los fantasmas, como si este árbol fuera un literal repelente de muerte.
– Los Amarillos como los gobernantes legítimos de Pac-Mundo. Según lo que podemos ver, Stratos es el presidente actual sólo porque el último Amarillo viviente (Pacster) sigue siendo un menor de edad.
– El Repositorio: un aparato creado específicamente para castigar a Betrayus y a sus seguidores. Un arma bélica que separa el cuerpo del alma, y que podría ser muy peligrosa si cae en malas manos.
– El Inframundo, que es básicamente un infierno family-friendly. No sabemos si existe un Pac- Paraíso, ni tampoco qué les pasa a las almas de quienes fueron personas buenas en vida. ¿Acaso el Inframundo solía ser una versión neutral (ni buena ni mala) del Más Allá antes de la llegada de Betrayus? ¿O acaso el Inframundo aloja exclusivamente al ejército de Betrayus, y todas las demás personas muertas simplemente se esfuman?
– La soledad de Pacster como el último Amarillo. Ciertos episodios recalcan cómo el muchacho se siente medio perdido en la vida sin sus padres. Su tía es su guardiana legal, pero obviamente eso no llena el vacío paternal por completo, así que esa podría ser una buena fuente de historias emocionales.
– La Guerra Pac-Mundial: sería genial que tuviéramos un puñado de episodios explorando cómo eran las vidas de los personajes adultos antes del conflicto y durante el conflicto.
– El pasado de Blinky, Inky, Pinky y Clyde. Dudo mucho que estos cuatro chamacos hayan sido ejecutados en el Repositorio, así que algo más les debió haber pasado para morir tan jóvenes y acabar en el Inframundo.
– La familia Spheros. Ya conocemos el lado de Betrayus en esa historia, pero también sería lindo tener una perspectiva más amplia por parte de Rotunda, Stratos o algún otro miembro del clan.

Pacster mirando con melancolía una fotografía de sus padres. Esta es una de las POQUÍSIMAS ocasiones que recuerdo de Pacster siendo caracterizado como algo más que un simple comelón.
Por cierto, comenten si alguno de ustedes puede identificar en qué están basados los juguetes que el Amarillo tiene a su izquierda.

Otra oportunidad de oro la tenemos en la sencillez de los personajes. Antes nos quejamos de que el cast tenía una personalidad tan unidimensional que te podría curar el insomnio, por lo que un área de “reparación” obvia para PatGA sería darles algo de chispa a sus integrantes. Podríamos darles pasatiempos, talentos, temores, amaneramientos, defectos, aspiraciones, dinámicas interpersonales, etcétera.

Por ejemplo, recuerdo que en un episodio del show (no recuerdo cuál, pero estoy segura de que fue en la primera temporada) se menciona que la madre de Pacster era una buena chef, ¿así que por qué no hacemos que Pacster también tenga un talento relacionado a la comida? O también, a sabiendas de lo mal que Betrayus se lleva con Stratos, ¿y si hacemos que ambos se la pasen lanzándole apodos ofensivos u irónicos entre ellos?

Otro ejemplo que se me ocurre es darles reacciones especiales a los adultos ante el hecho de que, si Pacster pierde un solo conflicto importante contra Betrayus, una nueva guerra podría iniciar. Podríamos hacer que algunos personajes estén paranoicos, que otros estén temerosos, que otros tengan ‘memorias de Vietnam’, y que otros pongan máscaras de tranquilidad para ocultar su intranquilidad interna.

En contraposición, también podríamos hacer que los personajes más jóvenes se tomen el asunto con cierto entusiasmo, sintiendo que están por vivir la aventura de sus vidas. Luego, conforme vayan progresando los capítulos, los podríamos ver comprendiendo que no es muy bonito andar estresado todos los días pensando que, si cometes un sólo error, toda la gente que amas morirá.

Por último, retomemos una vez más a Betrayus, pues ya se podrán imaginar la tremenda ‘telenovela’ que podríamos armar con su historia. La gracia de los villanos simpatéticos está en que nunca sabemos cómo terminarán sus historias: como personajes redimidos o como monstruos irreparables. La balanza moral con ellos está equilibrada, y queda en manos de los escritores elegir si inclinarla hacia el lado del bien o hacia el lado del mal.

Betrayus enviando a sus súbditos espectrales a un nuevo ataque. Vamos, no me pueden negar que esta toma luce épica. Imaginen lo asombroso que pudiese haber sido este show si Betrayus hubiese sido tomado en serio por los escritores.

Sabemos que Betrayus armó todo el escándalo de la guerra porque estaba desesperado por atención. Los fantasmas le ofrecieron nombrarlo su rey si él les conseguía dominio sobre la superficie, y por eso él ejecutó su genocidio. Si me lo preguntan a mí, hay un modo de lo más sencillo para inclinar su balanza a un bando o al otro:

– Si hiciéramos que su familia se disculpara con él y le ofreciera alguna clase de compensación emocional, o si le diéramos amigos genuinos que le brindaran algo de solidaridad, podríamos reformar a Betrayus. Que el fulano vea que no necesita ejecutar desastres globales para ser respetado, que capte que cruzó la línea con lo que les hizo a los Amarillos, y que busque el modo de compensar los daños causados (o mínimo, que acepte su castigo eterno con honor).

– Si hiciéramos que ni su familia ni nadie más lo viera como otra cosa que no sea un sociópata asesino, podríamos mandar a Betrayus al fondo de su espiral decadente. Que su coraje lo vuelva un villano cada vez más imperdonable, que rompa cada vez más límites morales, y que ya sea demasiado tarde cuando su familia capte lo que provocó con su despecho. Como gran final, el espectro blanco podría ser derrotado y aprisionado eternamente, para que se ahogue en su propio rencor durante toda la eternidad.

Lo único que necesitamos para arreglar a Betrayus es dejar que su historia se mueva hacia algún lado (ya sea bueno o malo), en vez de mantenerlo estancado sin progresos ni retrocesos; y desde luego, mantener consistente su pasado con su presente. Es más: si quisiéramos eliminar los traumas de la infancia y volverlo un antagonista estilo ‘Saturday Morning’, también es válido.
Mantén a Betrayus consistente e importante, y listo: puedes llevarlo a donde quieras en tu trama sin mayor complicación.

Con tantos detalles rescatables, reparables y utilizables, es posible que algunos de ustedes estén algo perdidos. ¿Por dónde comenzar cuando tienes tanto por arreglar?
Bueno, si mis clases en la universidad son de fiar, el modo más sencillo de comenzar sería definir el tono narrativo que queremos que el show tenga. Una vez elegido el tono, podremos filtrar con facilidad cuáles elementos conservar y descartar.

Del modo en que yo lo veo, son tres los posibles tonos narrativos que le podríamos dar a PatGA. Dejaré que cada uno de ustedes elija cuál le parecería mejor, pero recuerden que no podemos mezclar tonos, así que cuando elijas uno, tendrás que descartar los otros dos:

1.- CARICATURA INFANTIL CON TOQUES EDUCATIVOS
SIMILAR A: Octonautas, Paw Patrol, PJ Masks, etcétera.

El rumbo que Bandai-Namco deseó desde el comienzo, pero también el rumbo que más ahuyentaría a los fans veteranos de esta franquicia. Para conseguir este tono narrativo, tendríamos que eliminar TODAS las connotaciones bélicas en el lore, por lo que Betrayus no sería un general rebelde y Pacster no sería el único Amarillo que todavía vive.

Esta versión de la historia no tendría un objetivo específico a conseguir. Betrayus sería un antagonista (no un villano) poco amenazante, y el bando de Pacster se enfocaría más en ser buenos ciudadanos que en luchar contra los fantasmas. Cada episodio tendría una lección moral para su infantil audiencia, como comer sanamente, no decir mentiras, etcétera. También, no sería necesario darles muchos matices a los personajes: bastaría con darles una afición distinta a cada uno.

Si volviéramos a PatGA un show infantil como este, seguiríamos la línea que su empresa madre quiso desde el comienzo, pero a cambio perderíamos la mayor parte del drama bélico que se propuso en la versión original.

2.- COMEDIA EPISÓDICA PARA TODA LA FAMILIA
SIMILAR A:
Phineas y Ferb, Sonic Boom, Los Padrinos Mágicos, etcétera.

El rumbo que probablemente tendría más éxito, aunque sólo si se hace muy bien. Para conseguir este tono narrativo, deberíamos eliminar las connotaciones bélicas en el lore, y dejarlas más bien como típicas connotaciones de superhéroes comunes y supervillanos comunes.

En lugar de enfocarnos en las lecciones como en el punto 1, este punto 2 se centraría en chistes verbales, comedia situacional y violencia slapstick. De vez en cuando podría haber capítulos explorando el lado profundo de los personajes, pero el común denominador en el show sería una trama ligera. Por tener una historia tan accesible y un público objetivo tan amplio, no sería complicado enganchar a una gran fanaticada, pero también habría que tener cuidado al elegir la duración de la serie y terminarla antes de que se flanderice.

Si volviéramos a PatGA una comedia familiar como esta, las probabilidades de éxito serían superiores al resto de las opciones, a cambio del elevadísimo riesgo de que un solo desliz estropeara todo su encanto. ¿El desliz más común en esta clase de casos? Sobreexplotar el show hasta que pierda toda su chispa.

3.- AVENTURA SEMI-SERIALIZADA PARA TODA LA FAMILIA
SIMILAR A:
Amphibia, Hora de Aventura, Avatar: la leyenda de Aang, etcétera.

El rumbo que todo el fandom quisiera ver, aunque también el más riesgoso. Para conseguir este tono narrativo, habría que eliminar los aspectos de tipo “la lección del día” y enfocarnos sólo en el drama de la post-guerra. Betrayus intentaría conquistar la superficie y matar a todos, mientras que el objetivo central de Pacster y compañía sería frenarlo de una vez por todas.

Si bien el entorno de la animación family-friendly se ha expandido mucho en la última década para permitir tramas más serias, no puedo dejar de recalcar que con la guerra no se juega. Esta hipotética reparación de PatGA debería ser muy cautelosa para manejar sus matices bélicos. Si no fuera lo suficientemente seria, volveríamos a caer en el error del blanqueamiento; pero si fuera excesivamente seria, perderíamos la etiqueta de ‘para toda la familia’ (y con ello, al menos el 50% de la posible audiencia). Una labor complicada, pero tampoco imposible, ni mucho menos infructuosa.

Si volviéramos a PatGA una aventura semi-serializada como esta, se le daría a la audiencia una historia digna de ser recordada en años venideros, pero a cambio de un laborioso (y seguramente costoso) trabajo de producción para asegurarnos de que cada minúsculo detalle importante estuviera bien entonado con el concepto de la post-guerra.

CONCLUSIÓN

¡Muy bien, amigos lectores: es hora de la reescritura! De entre las tres opciones que he dado antes, guiándome por preferencias personales, la que yo tomaré como base será…

¿Verdad que los engañé? Descuiden: esta serie de publicaciones no será más larga de lo que ya ha sido. La reescritura de PatGA llegará sin duda, y de hecho ya he comenzado con los primeros borradores, pero el producto final todavía está lejos de llegar. Con mucha paciencia, puede que logren ver mi reescritura de PatGA en unos 12 meses.

Cambiando de tema, lo crean o no, intenté redactar esta crítica a PatGA tres veces, siendo el tercer borrador el que se convirtió en la versión finalizada que acaban de leer. Al parecer, tenía tantas quejas guardadas que no supe organizarlas y resumirlas al primer intento. Necesité escribir toda la bilis en la primera versión (que tuvo 38 páginas de largo), luego organizarla en la segunda versión (que tuvo 30 páginas de largo), y finalmente resumirla en la tercera versión (que tuvo 21 páginas de largo). Para ser una caricatura cuya existencia olvidé por una década, no esperaba que tendría tantas cosas por decir, pero me alegra por fin habérmelas sacado del pecho.

¿De qué les hablaré en mi siguiente publicación? ¿Cuándo llegará? Honestamente, no tengo idea. Tengo al menos cuatro opciones, pero con la carrera universitaria acercándose a su periodo más intenso (más detalles en mi futura publicación por el tercer aniversario), es posible que tenga que limitarme a publicar tops, que son mucho más sencillos de redactar que las usuales publicaciones en multi-parte.

Por el momento, espero que se hayan divertido leyendo mis quejas sobre un show que no es para nada divertido. Hace mucho tiempo que quería abordar el tema del brainrot en las series animadas previas al dominio de YouTube, y lo mucho que me pesa ver a tan asombroso medio narrativo siendo utilizado en formas tan insulsas. Ojalá que, por medio de los identificadores que mencioné, alguien en mi público logre identificar y alejarse a tiempo de esta y otras fuentes de brainrot, pues como hice hincapié a inicios de esta publicación, ¿de qué sirve entretenerte con algo si al final no te dejará nada bueno?

Sin más que agregar, me despido. ¡Hasta la próxima, queridos lectores, cuídense y no olviden ser críticos con lo que consumen!