domingo, 6 de noviembre de 2022

Historia de los Personajes Insignia de los Looney Tunes – Parte 7 de 7: COOL CAT, MERLÍN EL RATÓN MÁGICO, Y EL CAST DE 1967-1969

Fandom: Looney Tunes
Nivel de conocimiento previo requerido: Bajo

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ORIGENES – LA ERA OSCURA DE LOS LOONEY TUNES

Eran los años de 1958-1964. El mundo de la animación estaba entrando en un importante estado de transición y evolución. La televisión se estaba apoderando del mundo del entretenimiento audiovisual, desplazando a las salas de cine hacia un rincón cada vez menos rentable.

Los Looney Tunes se emitían en el cine, no en televisión.

Muchos de los genios que volvieron exitoso al estudio de Warner Bros. Cartoons abandonaron el equipo. Por ejemplo, Carl Stalling se jubiló en 1958 al cumplir 67 años de edad (y su aprendiz murió 4 años después), Chuck Jones fue despedido en 1962 por incumplimiento de contrato, y muchos guionistas renunciaron por los mismos años para trabajar en televisión.

Aquellos que no se fueron del equipo ya llevaban demasiado tiempo trabajando, y se empezaba a notar que se les estaban acabando las opciones. Como ejemplo, tenemos que Friz Freleng ya llevaba 30 años dirigiendo cortos, y era obvio que hasta un genio como él ya no sabía qué hacer para mantener frescas sus producciones. Por su parte, los cortos de Robert McKimson sufrieron debido a que los cada vez menores presupuestos (causados por el declive del cine) no le permitían hacer animaciones tan avivadas como su estilo lo exigía.

Y para añadir otra capa de problemas, el accidente que Mel Blanc sufrió en 1961 causó que la calidad en sus actuaciones de voz descendiera de forma drástica (lo que es de esperarse considerando que grababa sus diálogos durante su recuperación).

Así, con un presupuesto cada vez menor, sin la dirección musical de Stalling, con unos directores idos y otros sufriendo de agotamiento creativo, y sin su actor de voz al 100% de capacidad, no es extraño ver que los cortometrajes de la era de 1958 a 1964 eran un absoluto caos. De vez en cuando podías ver una que otra creación genuinamente buena (como “Baton Bunny” de 1959), pero en general, era difícil negar que los Looney Tunes estaban muriendo.
En mayo de 1963, el estudio de Warner Bros. Cartoons cerró sus puertas. Los pocos cortos que fueron terminados antes del cierre fueron racionados de modo que hubo contenido disponible hasta agosto de 1964. Citando el documental “The Merrie History of Looney Tunes”:

Me gustaría poder decir que aquí es donde acaba la historia de los Looney Tunes: ‘acaba con problemas apilándose uno encima del otro llevando a un declive antes de llegar a un alto completo y natural. El punto final lógico para el ciclo de vida de cualquier estudio de animación’. Me gustaría poder decir que así es como todo acaba… pero no puedo, porque eso sería mentir.
Incluso antes de que el estudio cerrara en 1963, había rumores circulando acerca de que se seguiría trabajando de alguna otra manera o forma. Y en unos pocos meses, esos rumores resultarían ser ciertos.
La verdad es que no podías mantener contenido a un estudio como este por mucho tiempo. Desafiando cualquier pensamiento racional, se alzaría una vez más de su llana tumba y se destruiría a sí mismo ante la aterrada mirada de las masas.
Los Looney Tunes no iban a morir en silencio, y ciertamente no lo iban a hacer… con dignidad…
”.

Damas y caballeros: la Era Oscura de los LT había iniciado.

Tras cerrar su propio estudio de animación, Warner Bros. decidió llevar a cabo una técnica de outsourcing para seguir produciendo cortometrajes. Y para quienes no lo sepan, “outsourcing” es sinónimo de “pagarle a alguien para que haga tu trabajo”. ¿Y cuál fue el estudio contratado para producir los próximos cortos? DePatie-Freleng Enterprises (o DFE, para abreviar): una empresa cofundada por Friz Freleng tras irse de Warner Bros. Cartoons.

DFE era un estudio relativamente pequeño, pero tenía entre sus trabajadores a varios de los artistas que alguna vez trabajaron en Warner Bros. Cartoons: además de Friz Freleng, DFE tenía a David H. DePatie (el otro cofundador del estudio y ex-productor de los LT antes del cierre del estudio original), Robert McKimson, Arthur Davis (director menor y animador), Mel Blanc, y un largo etcétera. Y aunque podría parecer a simple vista que todos estos nombres familiares asegurarían calidad en los cortos de DFE, la realidad sería todo lo contrario.

Primero que nada, recordemos que para este punto varios de ellos ya lo habían dado todo, y ya se habían quedado sin muchas ideas para producir cortos. Como prueba de ello: ¿recuerdan a la Pantera Rosa? ¿Sí? Bueno, ¿quién creen que la inventó?

Como podrán ver en la firma, el creador del personaje fue nada más y nada menos que Friz Freleng, quien esos años formaba parte de DFE.
Véanlo de este modo: para 1964, Freleng ya llevaba treinta y cuatro años en el negocio de los LT. Sí tú pasaras treinta y cuatro años de tu vida creando cortos sobre los mismos personajes con el mismo tipo de comedia, ¿no te cansarías? ¿No desearías hacer algo nuevo y diferente? Incluso si la Pantera Rosa también es parte del género de la comedia, ciertamente no es un Looney Tune. Ahí está el punto: Friz nunca dejó de ser un genio. Es sólo que necesitaba un respiro de los LT.

Por suerte, DePatie-Freleng Enterprises no sólo tenía trabajadores veteranos con agotamiento creativo. También habían muchos animadores y directores jóvenes listos para dejar su huella.
Por desgracia para todos ellos, los presupuestos para cada corto seguían encogiéndose cada vez más. No hay que olvidar que los LT eran cortometrajes destinados a las salas de cine, y que las salas de cine ya eran historia antigua en comparación con la televisión.
El outsourcing a DFE (un estudio pequeño) ayudaba a trabajar con un menor presupuesto, pero al mismo tiempo no era excusa para esperar milagros.

Además, a DFE no se le permitió trabajar con el enorme catálogo de personajes que conformaban a los LT, esto por motivos de presupuesto y de simple precaución, porque si somos sinceros, se necesitaba estar ciego para saber que todo este asunto era un montón de patadas de ahogado. Así, los únicos cuatro personajes que fueron licenciados para el uso de DFE fueron Wile. E Coyote, el Correcaminos, Speedy Gonzales y el Pato Lucas. Los primeros tres eran las estrellas más nuevas de los LT durante los últimos años de vida de Warner Bros. Cartoons; mientras que el cuarto era una especie de gancho para atraer gente por su estatus de “estrella mayor”. Nótese que Bugs Bunny NO fue licenciado: una vez más, se podía notar que nadie confiaba en esta loca situación.

La alianza entre Warner Bros. y DePatie-Freleng Enterprises duró aproximadamente desde agosto de 1964 hasta enero de 1967, y como ya se podrán imaginar, las cosas fueron de mal en peor.

Empezando por el Coyote y el Correcaminos, sus motivos particulares para fracasar en esta época se pueden resumir a dos factores: la falta de escritores capacitados y la banda sonora de baja calidad.
Para comprender el primer punto, debemos tener en cuenta que el dúo del Coyote y el Correcaminos fue creado por Chuck Jones en una época en la que su estilo propio había sido refinado hasta su punto más perfecto. No cualquiera podía igualar ese estilo particular, y como Jones no formaba parte de los directores veteranos que entraron a DFE, se necesitó buscarle un reemplazo. Como ya podrán imaginar, los reemplazos que llegaron no pudieron dar la talla.
El segundo punto es mucho más sencillo de entender: como ya todos sabemos, los cortos del Coyote y el Correcaminos no incluyen diálogos. Eso significa que la banda sonora debe ser excepcional, para así ser capaz de transmitir emociones e ideas sin usar palabras. Pues bien: una forma en la que DFE consiguió elaborar cortos usando un presupuesto tan bajo fue usando una banda sonora limitada y algo genérica. Como no podía ser de otro modo, los cortos del Coyote y el Correcaminos fueron los que más sufrieron por ello.

Pero si creían que el dúo del desierto fue el más afectado por esta locura, se equivocan. Aquí las verdaderas víctimas mortales fueron Speedy y Lucas, sobre todo Lucas.
La cuestión es esta: Speedy Gonzales es un personaje que encaja en el arquetipo del héroe como ningún otro LT lo hace. Sus cortos siempre se habían centrado en combatir a Silvestre o a cualquier otro enemigo que amenazara el bienestar de sus colegas roedores. Speedy no actúa por malicia o por pillería: sólo por altruismo y heroísmo.
Viendo que Speedy es un héroe que nunca hará nada malo por su cuenta, es necesario darle un villano para poder iniciar un conflicto, y con ello, una historia que contar. Pero Silvestre ya no estaba disponible para usarlo en los cortos. El único personaje que quedaba disponible era… Lucas
El primer corto de DFE protagonizado por el dúo del pato y el ratón (“Moby Duck”) no está tan mal: las caracterizaciones de los personajes no están alejadas de lo normal. Pero entonces vez el segundo corto del dúo (“Assault and Peppered”) y lo primero que vez es a Lucas con un látigo lanzando una risa malvada… y ahí te das cuenta de por dónde irán los rumbos. Conforme pasó el tiempo, no sólo Lucas perdió el encanto, sino que las situaciones en la que él y Speedy se metían eran cada vez más extrañas.

Para cuando llegó el año de 1967, DePatie-Freleng Enterprises estaba en su camino para volverse más que un pequeño estudio de animación. Nuevas alianzas con otras productoras y la creación de la Pantera Rosa le dieron cierto renombre al estudio, así que cuando el trato con Warner Bros. finalizó, ya nadie quiso volver a la producción de los Looney Tunes. Así, tras casi una década llena de decadencia y decepción, Friz Freleng, Robert McKimson, Mel Blanc y los otros trabajadores veteranos por fin abandonaron el proyecto de los LT y procedieron con sus vidas en nuevos trabajos.

En directa contraposición al ascenso de DFE, Warner Bros. acababa de ser comprado en ese mismo año: una de las peores cosas que le pueden pasar a cualquier estudio. El comprador de Warner Bros. fue el estudio Seven Arts Productions, el cual no dudó en fundir ambas compañías en una sola. De este modo, el nuevo y fusionado estudio pasó a llamarse “Warner Bros.-Seven Arts Inc.” (o “Warner-Seven”, para abreviar).

Entre los primeros actos de Warner-Seven se encontró la reapertura de Warner Bros. Cartoons, con el objetivo de dejar de depender del outsourcing para producir cortometrajes. Sin embargo, como ya ningún trabajador veterano del proyecto quiso involucrarse otra vez en esta franquicia de 37 años de antigüedad, se podía decir que el estudio tuvo que empezar desde cero.
No más artistas experimentados.

Además, no hace daño reafirmar que la industria de los cortos cinematográficos estaba muriendo. Considerando que DFE no pudo hacer nada al respecto a pesar de usar personajes de renombre y contar con veteranos en la industria, Warner-Seven decidió ver qué ocurriría si se intentaba hacer lo contrario: usar personajes nuevos para que los artistas novatos del equipo pudieran hacer lo que quisieran con ellos. En caso de que los nuevos personajes lograran cosechar éxito, también existiría la posibilidad de que pudieran salvar la industria de los cortometrajes cinematográficos.

Así que el renacido Warner-Seven Cartoons se puso a trabajar con el poco presupuesto que tenía. En octubre de 1967, la primera de las nuevas estrellas vio la luz del día: cargando el estandarte de esta nueva era para los Looney Tunes, el mundo conoció a Cool Cat.

DESCRIPCIÓN DE LOS PERSONAJES

Cool Cat es un tigre de Bengala con rasgos bastante similares a los de la Pantera Rosa, increíblemente simplista en comparación de otras insignias anteriores, y, sobre todo, con la pinta de haber salido más de Hanna-Barbera que de Warner-Seven.
Mientras que las similitudes con la Pantera Rosa son mera coincidencia, el diseño tan simple y tan similar al estilo de Hanna-Barbera se debe a los bajos presupuestos del estudio. ¿Recuerdas cómo los personajes de Hanna Barbera solían correr moviendo sólo los pies, erguidos y sin apenas mover los brazos?

Pues bien: eso se debe a que una animación televisiva de aquel entonces requería estrenar nuevos episodios cada semana. Para acelerar el proceso de producción lo más posible, se solían crear personajes con diseños bastante simples y luego animarlos sólo en las partes más vitales.
El hacer dibujos animados de esta calidad no sólo lograba acelerar el proceso de producción, sino que también los volvía bastante baratos de producir. Y aunque Warner-Seven necesitaba producir sólo un corto por mes, la verdad es que el presupuesto no daba para crear algo de mejor calidad. El estilo Hanna-Barbera era el estilo más económico que había, así que no quedaba de otra más que adoptarlo.

A diferencia de las estrellas insignia anteriores de LT, quienes tenían personalidades prácticamente universales (el bonachón Porky, el chiflado Lucas, el listillo Bugs, etcétera), Cool Cat fue creado con la idea específica de atraer la atención de sus contemporáneos. Por ello, se puede decir que Cool Cat es la encarnación de la década de 1960: su vocabulario, su forma de vestir, sus gustos, su actitud… todo en él grita “soy de 1967”.

Cool Cat tiene una personalidad relajada y calmada, bastante similar a la actitud que podrías esperar de un hippie, pero sin llegar a esos extremos. No sé si me explico.
También, debido a las actividades que se le ve haciendo en sus cortos y a su forma de hablar, se puede asumir que es un adulto joven: de seguro no pasa de los 30 años de edad.

En un intento de generar una relación “cazador/presa” como con Bugs y Elmer, Cool Cat debutó junto a un rival propio: el coronel Rimfire.

Rimfire no tiene mucha personalidad o detalles importantes. Más que nada, es un simple cazador con acento británico. El único detalle relevante en él es que suele vérsele usando un elefante mecánico (al que él llama “Ely”) como una especie de tanque.

Pero Cool Cat y el Coronel Rimfire no fueron los únicos personajes introducidos en esta era como insignias. Un segundo dúo fue creado para codirigir el grupo junto al tigre y el cazador: amigos, les presento a Merlín el Ratón Mágico, y a su ayudante Second Bananas.

Debutando en las salas de cine un mes después de Cool Cat y Rimfire, este par de roedores es igual de sencillo de explicar que sus otros dos contemporáneos. Merlín es un mago cuya magia no siempre funciona como debería. Tiene un poco de ego, ya que prefiere que le llamen “prestidigitador” y detesta que le digan “mago”. Su mayor deseo es volverse famoso y alcanzar la cima en el mundo de los espectáculos, cosa que está muy lejos de lograr debido a los antes mencionados fallos en su magia. Cabe destacar que, contrario a lo que uno podría imaginar en un inicio, Merlín sí tiene magia de verdad; y de hecho, algunos de los trucos que exhibe en sus cortos son de alto calibre mágico. Más bien, se podría decir que la incompetencia y la arrogancia de Merlín son los responsables de los fallos en su propia magia y las humillaciones frente a los demás.
Por su parte, Second Bananas (que se traduce literalmente a “ayudante” o “asistente”) es el típico compañero que es mucho más inteligente que su líder, por lo que en más de una ocasión veremos al pequeño ratoncito sacando a Merlín de los problemas en los que se mete.

Cool Cat, el coronel Rimfire, Merlín el Ratón Mágico y Second Bananas son los cuatro personajes insignia de los LT de 1967 a 1969… pero no son los únicos personajes introducidos en esa etapa. Junto a estas dos duplas, tenemos a los siguientes personajes:

 - Norman Normal: una contraposición total a todo lo que hemos visto en el pasado de la franquicia. Justo como su nombre lo dice, Norman Normal es un tipo ordinario que nos relata su día a día en un mundo donde parece que él es la única persona con cordura o moral.

 - Bunny y Claude: un par de conejos criminales que roban zanahorias en vez de dinero o joyería. En sus cortos, Bunny y Claude suelen ser perseguidos por un sheriff, aunque al final éste siempre acaba siendo derrotado por el matrimonio criminal.

 - Quick Brown Fox y Rappid Rabbit: si Cool Cat y Rimfire fueron planeados como los nuevos Bugs y Elmer, entonces Quick Brown Fox y Rapid Rabbit pueden ser considerados como los nuevos Wile E. Coyote y Correcaminos. Mientras que el zorro usa toda clase de elaboradas trampas, el conejo utiliza su velocidad extrema para escapar del peligro. Eso sin mencionar que muchas veces las trampas de Quick Brown Fox suelen fallar y traspintarse por sí solas. Si eso no es ya de por sí una copia inconfundible del Coyote y el Correcaminos, también resulta que la nueva dupla es muda y que Rappid Rabbit suele sonar una bocina del mismo modo en que el correcaminos solía decir “Meep meep”. Más parecidos no pueden ser.

Otros personajes menores introducidos en la era Warner-Seven son Chimp y Zee (un niño criado en la jungla y su amigo simio de cola azul), y Ace y Fritz (un par de pilotos enemigos de la Primera Guerra Mundial). De ellos cuatro no hay mucho que decir, pero si a alguien le interesa verlos en acción, puede ver los cortos "Chimp & Zee" y "Flying Circus" para conocerlos.
También, además de todas esas nuevas adiciones, Speedy, Lucas, el Coyote y el Correcaminos también se mantuvieron presentes por un tiempo. Sin embargo, su presencia fue altamente reducida para darle tiempo de brillar a las nuevas estrellas.

ESTRUCTURAS ARGUMENTALES

Si se fijan bien, notarán que casi todos los nuevos personajes de los que hablamos vienen en pares con rivalidad: Cool Cat con Rimfire, Bunny y Claude con el sheriff, y Quick Brown Fox con Rappid Rabbit.

Teniendo esto en cuenta, no es extraño darnos cuenta de que todos los personajes comparten una misma fórmula: el cazador persigue a su objetivo, y el objetivo se salva mediante astucia o agilidad. Casi se podría decir que la única diferencia entre todos los cortos es su ambientación, pues por ejemplo Cool Cat y Rimfire viven en la jungla mientras que Bunny y Claude son del salvaje oeste.

Pero los LT siempre han tenido la misma fórmula de ‘cazador vs objetivo’ y eso no los ha vuelto repetitivos o planos. ¿Cuál es la diferencia entre los personajes de la Era Dorada y los de la Era Oscura? En pocas palabras: que la Era Oscura no añade un giro a la fórmula.

Por ejemplo: el giro en los cortos de Piolín y Silvestre era la presencia de un tercer involucrado en el conflicto (la Abuelita y/o Héctor el Bulldog), el giro en los cortos de Pepe Le Pew era que él no perseguía a Penélope para matarla, el giro en los cortos del Coyote era que él se derrotaba solo con sus trampas defectuosas, el giro en los cortos del Gallo Claudio y Barnyarn Dawg era que la cacería era bidireccional en vez de unidireccional… Y cuando la cacería en sí no involucraba un giro, el elemento distintivo venía del carisma tan desarrollado de los personajes. Como ejemplo tenemos la complejidad de Bugs, la locura de Lucas, la educación de Mac y Tosh, o la relación entre Sam y Ralph.
De este modo, se puede decir que la Era Dorada estuvo repleta de múltiples variantes de la fórmula de ‘cazador vs objetivo’. Pero si volvemos a la Era Oscura, descubriremos que rara vez hay un giro en la fórmula; y ya ni hablemos de “carisma” o distintivos…

Las únicas excepciones a la fórmula de la dupla de ‘cazador y objetivo’ son Merlín (junto a Second Bananas) y Norman Normal. En el caso de los ratones, se podría decir que es una excepción falsa, debido a que, aunque no tienen un rival recurrente, sí tienen rivales episódicos en cada corto.

Eso nos deja a Norman como el único personaje que rompe el molde, y vaya que lo rompe.
Como dije antes, la propuesta que Norman traía a la mesa era la de un Looney Tune sin una pizca de locura o de malicia, diseñado especialmente para apelar a la audiencia adulta y sin tomar en cuenta a la infantil. Lejos de presentar una persecución, Norman simplemente narra lo que ocurre en su día a día y nos muestra su tren del pensamiento para que entendamos en qué piensa cada vez que se topa con un problema moral.
Norman no produce prácticamente nada de gracia, pero la unicidad en su estructura argumental y la aproximación tan particular a su concepto irónicamente lo han vuelto un personaje bastante querido. Norman Normal podría ser el personaje más amado de la Era Oscura, tal vez incluso superando a Cool Cat… aunque si somos sinceros, no es que sea un mérito tan grande. Después de todo, estamos hablando de la Era Oscura.

RETIRO DE LOS PERSONAJES – EL FINAL DE LA ERA CLÁSICA DE LOS LOONEY TUNES

Como ya mencioné antes, Cool Cat y sus colegas de Warner-Seven nacieron como un intento final de devolverle la vida a los LT y a la industria de los cortos cinematográficos.
Si vez los cortos de 1967 a 1969, puedes notar que hubo un intento genuino por hacer algo de calidad… pero si somos sinceros, habían demasiados factores en contra del estudio.

Por ejemplo, Cool Cat y Merlín son bastante agradables, incluso si son un poco planos en cuanto a personalidad. Ellos dos son quienes abrieron la oleada de nuevos personajes, así que sus cortos debut (titulados justamente “Cool Cat” y “Merlin the Magic Mouse”) se encargan de exhibir a la perfección quiénes son.

Por desgracia, para la época en la que estos dos nuevos personajes debutaron, se podía decir que la guerra ya estaba perdida.

Gracias a la terrible temporada de 1964-1967 (en la que sólo estuvieron Lucas, Speedy, el Coyote y el Correcaminos), la marca de los LT perdió todo el prestigio del que alguna vez gozó. Ya nadie confiaba en los LT cuando se buscaba entretenimiento de calidad; la atención estaba enfocada en otras producciones más novedosas y producidas en masa.

Véanlo de este modo: hace varios párrafos mencioné que el estilo artístico que el estudio adoptó por estas épocas era casi una copia al de Hanna-Barbera. Si tú fueras una persona buscando una animación para pasar el rato, ¿cuál opción escogerías?
1.- Un cortometraje de entre 5 y 7 minutos de duración, la cual sólo puedes ver caminando al cine y pagando un boleto para la película que acompañará el corto (recuerda: tú sólo estás aquí para ver el corto, no la película). Hay un corto nuevo cada mes, y la reputación de la marca ha ido decreciendo por casi una década.
2.- Una caricatura de entre 12 y 22 minutos de duración, la cual puedes ver con tan sólo encender el televisor en tu casa. Hay un nuevo episodio cada semana, y la reputación de la empresa va en aumento.

Seamos sinceros: cualquier persona se decantaría por la segunda opción. Si Warner-Seven te está ofreciendo la misma calidad de animación que Hanna-Barbera, pero menos contenido y a un mayor precio, la decisión lógica es quedarte con la televisión y con Hanna-Barbera.
Además, hay que recordar que los directores trabajando en los LT de Warner-Seven eran novatos, mientras que todos aquellos directores veteranos que ya dominaban el oficio estaban trabajando en televisión. En verdad la competencia era demasiada.

Se hicieron unos cuantos intentos para lograr que Cool Cat y Merlín retuvieran la atención de la gente, en la forma de leves rediseños

Rediseño de Cool Cat en 1969. Nótese que ya no trae la boina de su diseño original, lo cual se hizo para hacer que su diseño fuese menos estereotípico de su época.

Rediseño de Merlín en 1968. Ha cambiado el color de su sombrero, ahora lleva pequeño calzado, y su complexión es un poco más rechoncha. También, el corbatín de Second Bananas cambió de tonalidad de verde

Rediseño de Merlín en 1969. Sus rasgos faciales y complexión han sido reajustados por completo, y una vez más está descalzo. También, Second Bananas ahora lleva un suéter amarillo

…Pero tal y como vimos con Happy Rabbit, un simple rediseño físico no basta para mejorar el desempeño de un personaje. Hace falta un trabajo más profundo.

Y entonces ocurrió un milagro: a finales de 1968, Robert McKimson abandonó DFE y volvió a Warner-Seven Cartoons para trabajar una vez más en los Looney Tunes.
Considerando que la franquicia se encontraba en medio de una renovación en el cast de personajes, existe una muy alta posibilidad de que McKimson aceptó regresar al proyecto sólo porque no tendría que trabajar con el mismo cast de siempre otra vez.

En efecto: para cuando McKimson volvió al equipo de los LT, Lucas, Speedy, el Coyote y el Correcaminos ya llevaban aproximadamente medio año desde que fueron retirados definitivamente. Eso significaba que los únicos personajes mayores existentes durante la llegada de McKimson eran las duplas de Cool Cat/Rimfire y de Merlín/Second Bananas.

Viendo lo raquítico que se encontraba el grupo de protagonistas en cuanto a cantidad y calidad, McKimson centró sus esfuerzos en crear a más personajes y en darle una auténtica renovación a las duplas ya existentes. En otras palabras: Robert McKimson fue el encargado de rediseñar a Cool Cat, Merlín y Second Bananas; y también fue el padre de Bunny, Claude, Quick Brown Fox y Rappid Rabbit.
McKimson tenía grandes planes para todas sus nuevas creaciones: Quick Brown Fox y Rappid Rabbit iban a tener su propio show de televisión, Bunny y Claude tendrían un corto especial de doble duración, Cool Cat fue renovado para ser un personaje más versátil eliminando al coronel Rimfire de la ecuación, y Merlín ahora se dedicaría a viajar por todo el mundo compitiendo con otros prestidigitadores y usando su magia para ayudar a quien lo necesitara

Pero por desgracia, todos esos planes fueron en vano.

A mediados de 1969 (menos de un año después de la llegada de McKimson), el estudio de Warner-Seven Cartoons fue cerrado definitivamente.

Incluso si los aportes de Robert McKimson fueron prueba de su indudable talento y mejoraron bastante los cortos de esta época, ya era demasiado tarde. La situación era mucho más que sólo “crítica”, así que aunque McKimson hizo lo mejor que pudo, ya no había modo de salvar la industria de los cortometrajes cinematográficos.
Quick Brown Fox y Rappid Rabit tuvieron un solo cortometraje, Norman Normal también tuvo una sola aparición, el corto de doble duración de Bunny y Claude fue dividido en dos y emitido sin nada de especial… Incluso hubieron estrellas que jamás vieron (ni verán) la luz del día debido al cierre del estudio: el detective “Super Snooper”, el pirata “Jolly Roger”, y un supuesto nuevo enemigo para Speedy llamado “Butch Catsidy”. De ellos sólo conocemos sus nombres.

El último cortometraje de la Era Clásica de los Looney Tunes, titulado “Injun Trouble” y protagonizado por Cool Cat, fue emitido el 20 de septiembre de 1969. Con esto, llegó el fin de la Era Oscura de los Looney Tunes… y el fin de la Era Clásica de los Looney Tunes en sí, tras 39 años de historia.

CONCLUSIÓN - ¡ESO ES TODO, AMIGOS!

La historia de las estrellas insignia de los Looney Tunes es un reflejo de la historia de los Looney Tunes en sí. Cuando la insignia triunfaba, la franquicia entera gozaba a su lado, y cuando la estrella fracasaba, la franquicia entera sufría a su lado.

Conforme la animación dio sus primeros pasos para volverse un arte de renombre y valor, muchos estudios nacieron y murieron. Y entre el pequeño puñado de estudios que puede presumir que vivió y sobrevivió a TODO ese proceso se puede contar al equipo que le dio vida a los LT durante casi cuatro décadas.

¿Quién diría que un pequeño equipo de animadores rebeldes con ganas de no ser como Disney se transformaría en semejante franquicia? ¿Quién pudo haber previsto que un grupo de jóvenes dibujantes revolucionaría al mundo de tal modo?

Primero “Schlesinger Productions”, luego “Warner Bros. Cartoons”, luego “DePatie-Freleng Enterprises” y finalmente “Warner Bros.-Seven Arts Cartoons”. A pesar de que el equipo de trabajo recibió tantos nombres, su obra jamás dejó de tener el mismo nombre: “Looney Tunes”.

Looney Tunes, o por su traducción al español, Tonadas Alocadas.
Merrie Melodies, o por su traducción al español, Melodías Felices.
¿Hay un mejor modo de describir estos cortometrajes? Probablemente no.
Música y locura: un buen LT nunca está completo sin esos dos elementos. Armonía y caos: ingredientes tan opuestos pero que crean magia si son bien combinados. Belleza y discordia: normalmente, uno no espera encontrar una dentro de la otra. ¿Quién diría que dos componentes tan ajenos el uno del otro puede ser fuente de casi 40 años de entretenimiento animado?

Hugh Harman y Rudolph Ising: gracias por ser los pioneros que se atrevieron a intentar algo nuevo.
Leon Schlesinger: gracias por ayudar a estos artistas a hacer realidad sus sueños.
Friz Freleng: gracias por brindar tu sabiduría a los más jóvenes del equipo.
Frank Tashlin: gracias por tomar la animación más como un arte serio que como un juego de niños.
Tex Avery: gracias por empujar los límites de lo que se creía que se podía hacer con un dibujo animado.
Bob Clampett: gracias por prestar tu imaginación y energía incontrolables.
Robert McKimson: gracias por mantenerte fiel a los LT, perteneciendo al equipo desde 1930 y siendo el último soldado en pie en 1969.
Chuck Jones: gracias por demostrar que la comedia puede tomar muchísimas formas.
Mel Blanc: gracias por tus mil voces llenas de carisma y cariño.
Carl Stalling: gracias por tus composiciones y arreglos musicales tan simples pero tan efectivos.
A todos los directores menores, guionistas, animadores, actores de voz, compositores y artistas en general del equipo: gracias por poner su granito de arena, da igual si pequeño o grande, en el proyecto. Incluso si el aporte de algunos de ustedes no fue bien recibido, lo que importa es que hicieron todo lo que pudieron para mantener vivos a los ‘Tunes.

Bosko el Chico Parlante de Tinta: la idea inicial de un dibujo animado poco convencional y diferente a todo lo antes visto o aceptado.
Buddy y Beans: una prueba de lo importante que es conocer tu propio objetivo y tener a la gente adecuada a tu lado.
Porky Pig: un personaje cuya perfección fue accidental, pero felizmente aceptada.
El Pato Lucas: el agente del caos que cambió por completo las reglas del juego, e hizo que todo el mundo aceptara la locura por sobre la cordura.
Bugs Bunny: prueba máxima de lo que ocurre cuando un grupo de genios unen sus talentos y vierten sus almas en lo que hacen.
Cool Cat: un ancla que nos pone los pies en la tierra mientras nos recuerda que nada es eterno o completamente seguro.

Los Looney Tunes son una franquicia universal, capaz de enfrentar el paso del tiempo con la mirada en alto. Han pasado más de 90 años desde que el primer LT vio la luz del día, y aún así nunca ha dejado de haber contenido inspirado en el legado de la Era Clásica.
Tiny Toons Adventures, Animanía, Space Jam, Duck Dodgers, Looney Tunes de Vuelta en Acción, El Show de los Looney Tunes, Looney Tunes: Conejos en Fuga, Wabbit/New Looney Tunes, Looney Tunes Cartoons… estas y muchísimas producciones más fueron inspiradas por aquellos cortometrajes cinematográficos, manteniendo vivo su legado cada una a su manera.

Conforme nos acercamos al centésimo aniversario de los Looney Tunes (marquen sus calendarios: 19 de abril de 2030), no puedo hacer más que preguntarme qué clase de festejo nos espera. ¿Será que volveremos a ver a Bosko tras 97 años de inactividad? ¿Acaso los cortometrajes censurados por fin recibirán una restauración? ¿Se intentará renovar a los personajes que no pudieron dar la talla en la Era Clásica? ¿Tendremos una película?
Sea lo que sea, pueden estar seguros de que yo estaré en primera fila deseándoles lo mejor a los artistas que se encarguen de darle vida al festejo. Mi deseo es que muchas más generaciones aprendan a enamorarse de los Looney Tunesy de la historia que envuelve a sus icónicos personajes.

Con esto, podemos dar por terminada la serie de publicaciones sobre la historia de los personajes insignia de los LT. Sin embargo, estamos muy lejos de abandonar esta temática. De seguro ya notaron que siento una enorme pasión por los Looney Tunes, así que esperen de vez en cuando una que otra entrada nueva acerca de ello. Me encantaría hablar más a fondo sobre los directores mayores del estudio, los infames Once Censurados, personajes estrella que no fueron insignias, rewrites de los protagonistas fallidos, y un largo etcétera.

Sin embargo, como no quiero saturar el blog aún más con LT, abandonaré la temática por lo menos durante seis meses. Recuerden que ya me encuentro estudiando la universidad, así que mis publicaciones seguirán siendo bastante esporádicas.
Últimamente me han estado dando ganas de escribir sobre el Pato Darkwing, y también he estado planeando mi primera publicación sobre Metal Fight Beyblade. Como tengo bastante abandonado el lado gamer de Título en Proceso, también he estado barajeando la idea de hablar de Mega Man: Fully Charged o de mi historia con la franquicia de Super Smash Brothers. Y desde luego que no me he olvidado de los rewrites que prometí desde que abrí el blog: por ahora mis dos mayores candidatos a recibir un rewrite son “La Leyenda de los Tres Caballeros” y “La Inquisición” de TAWoG.

Así que sí: tengo muchos planes para el futuro de Título en Proceso. Si las tareas de la universidad me lo permiten, al menos uno de todos los temas que acabo de mencionar debería ser publicado en los próximos dos meses.
A todos aquellos que siguen leyendo este humilde blog incluso tras mi anuncio del hiato, tienen mi más sincero agradecimiento. Sigo trabajando tanto como me es posible para no dejarlos sin contenido nuevo por mucho tiempo, y disfruto escribiendo sobre todos estos temas que me apasionan. Ojalá ustedes los lectores continúen disfrutando mis escritos tanto como yo disfruto elaborarlos.

Sin más que agregar, les deseo a todos una excelente semana. No duden en dejar sus comentarios y compartir Título en Proceso con sus amigos. ¡Hasta la próxima!