domingo, 12 de enero de 2025

“Justice Ducks”: cómo NO crear un spin-off de Darkwing Duck, explicado a un nivel autista de detalle [PARTE 2 de 3]

Fandom: Darkwing Duck.
Nivel de conocimiento previo requerido: Medio o alto.
Tiempo estimado de lectura: 18 minutos.
[Link a la Parte 1 aquí] / [Link a la Parte 3 aquí]

CAPÍTULO 3: “EL SHOW MÁS PEQUEÑO DE LA TIERRA”

El capítulo 3 inicia con un noticiero reportando la desaparición de una escultura abstracta titulada “El Pato Sureño”. Darkwing y los Patos Justicieros se encuentran reunidos en la guarida secreta del protagonista, teniendo una reunión formal en la que hablan sobre los asuntos criminales más relevantes del momento, incluyendo el antes mencionado robo.

Sin embargo, Dinochucho cambia el tono de la conversación para avisar que es su cumpleaños, y que quiere festejarlo yendo al circo con el resto del grupo. Darkwing admite que es una buena idea… porque así los Patos Justicieros tendrían un motivo para LARGARSE DE SU GUARIDA SECRETA, pero queda obligado a acompañarlos porque Gosalyn oyó la plática y también quiere ir al circo.

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A ver, voy a preguntar esto con toda la confusión y sinceridad que un ser humano puede acumular en su cuerpo: ¡¿POR QUÉ RAYOS LOS PATOS JUSTICIEROS SIGUEN CON DARKWING?! ¡¿QUÉ LES DA EL DERECHO A COLGARSE DE SUS RECURSOS SI ÉL YA DEJÓ CLARO QUE NO LOS QUIERE SOBRE SUS HOMBROS?! ¡¿Y POR QUÉ ÉL NO HACE ALGO AL RESPECTO, EN VEZ DE AGUANTARSE TODO CON CARA DE PERRO REGAÑADO?!

Estoy cada vez más convencida de que este spin-off sólo existe para escupirle en la cara a Darkwing de tantos modos como se les ocurre. El hecho de que DW se esté reprimiendo la incomodidad no es su estilo para nada. Su inactividad es IRRITANTE, y me da una sensación de IMPOTENCIA que no puedo soportar. Este no es mi Darkwing, señoras y señores. Este no es mi Darkwing.

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Nuestros personajes acuden a la función y disfrutan de los actos presentados: dos acróbatas, un contorsionista, tres acróbatas, una vaquera haciendo trucos de lazo, y por último, el típico acto de “meter a un miembro del público en una caja y hacerlo ‘desaparecer’ por arte de magia”. Ojo: no hay payasos, y esa es la parte que más le gusta a Dinochucho, por lo que se le puede ver algo defraudado.

Gosalyn y los Patos Justicieros en el acto final del circo. Nótese cómo, en la viñeta final, se puede ver que Dinochucho no está sonriendo.

El miembro del público elegido para el truco de ‘desaparición’ es, por supuesto, Gosalyn. Darkwing lo permite porque ya sabe que su hija no está en peligro: es conocimiento general que estas ‘cajas mágicas de desaparición’ en realidad vienen con doble fondo, tienen una puerta secreta, o guardan algún otro truquillo para dar la ilusión de que la persona adentro ‘ha desaparecido’.

No obstante, una vez que el circense completa el truco, una parte de su diálogo delata que algo aquí no es lo que aparenta: “¡Shrimpus Obfuscus! ¡La niña terrícola ha desaparecido por completo!”.

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Aliens.

¡OTRA VEZ SON ALIENS! ¡¿Por qué llevamos tres cómics seguidos lidiando con tres razas alienígenas distintas?! ¡¿Qué es esto: el Torneo de la Fuerza de Dragon Ball Super, o qué?! Podría perdonar el constante uso del tropo alien si estuviéramos ante un ataque prolongado de una misma raza extraterrestre. Sin embargo, estamos ante una aburrida secuencia donde una raza alien llega por un motivo cualquiera, la derrotan, y al poco tiempo llega otra raza por otro motivo cualquiera. Se siente como si todo estuviera ocurriendo porque sí. Porque el autor tenía ganas y ya.

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Terminada la función, DW y los Patos Justicieros van tras bambalinas para recoger a Gosalyn, separándose porque no saben exactamente en dónde podrían estar los camerinos del circo. Es aquí donde el lado oscuro de este sitio se deja ver.

Por un lado, los Patos Justicieros descubren que el maestro de ceremonias del circo es en realidad un alien criminal, pero antes de poder tomar acción, son encogidos por él. Por otro lado, Darkwing descubre que una de las caravanas del circo está llena de obras de arte en miniatura, incluyendo al Pato Sureño, aunque no logra ponerlas a buen recaudo porque otros aliens lo encuentran husmeando.

Volviendo con los Patos Justicieros, su nuevo tamaño miniatura viene con una ventaja y una desventaja. La desventaja es que no pueden pelear contra el maestro de ceremonias, y la ventaja es que no les cuesta mucho trabajo encontrar un escondite seguro para trazar un plan. Además, gracias a una agradable conveniencia del guion coincidencia, resulta que Gosalyn se escondió en el mismo sitio que ellos cuatro. Tal parece que el truco de ‘desaparición’ en el espectáculo del circo consistía en encoger al voluntario para simular que se había desvanecido.

En eso, el grupito escucha los quejidos de Darkwing, quien está teniendo problemas para lidiar con la horda de aliens circenses, por lo que van a buscarlo para brindarle una pequeña ayuda. Tras acabar con ese obstáculo, DW lleva a sus encogidos aliados a la caravana de obras artísticas encogidas y robadas. Todos razonan que el único modo de devolverlo todo a su tamaño normal es quitarle el rayo encogedor al líder alien y aplicarle ingeniería inversa.

Con ayuda de su magia, Morgana crea ilusiones que le hacen creer al alien que está siendo atacado por “los espíritus de las obras que robó”. Aprovechando su distracción, Dinochucho le quita el rayo encogedor, y pronto todo queda arreglado. Ya con el líder alien sometido y los héroes de vuelta a su tamaño habitual, es momento de las explicaciones: ¿qué rayos está sucediendo en este circo?

Hora de un monólogo malvado. Resulta que el alien es un criminal intergaláctico que se dedica a robar obras de arte de todo el universo, y luego exhibirlas en una galería espacial para que toda clase de aliens millonarios le paguen por verlas. Sin embargo, como eso de robar piezas invaluables de múltiples planetas es un trabajo que lo ha puesto en la mira de la policía intergaláctica, el fulano necesitaba una coartada. Ahí es donde entra el circo.

Cada vez que el alien llegaba a un nuevo planeta para robarle, adoptaba el disfraz de un inocente maestro de ceremonias para pasar desapercibido. Igualmente, su banda de ladrones se hacía pasar por actores de circo, y sus vehículos para trasladar lo robado eran hechos pasar por caravanas cirqueras. Después de concretar suficientes robos en un planeta, el grupo criminal volvía al espacio para añadir las obras robadas a su galería, y así seguir cobrando cifras altísimas a sus incautos visitantes.

Pero ya nos hemos desviado mucho del asunto que inició esta aventura. Recordemos que Dinochucho quería ver payasos para su cumpleaños, y hasta ahora no ha visto ni una sola nariz roja. Mientras el alien monologa sobre su plan, nuestro dinosaurio se aburre y decide revisar si no hay payasos encogidos dentro de la carpa o algo así.

Mientras husmea, Dinochucho encuentra un aparato con un interruptor de “encendido/apagado” debajo de un dibujito de un payaso. Como el interruptor está apagado, nuestro inocente dinosaurio asume que por eso no hay payasos, y decide encenderlo. Es aquí donde las cosas se ponen cómicamente absurdas.

¿Recuerdan que el alien criminal mencionó ser buscado por la policía intergaláctica? ¡Pues resulta que dicha policía tiene una apariencia igualita a los típicos payasos de la Tierra, con caras pintadas, narices rojas y todo lo demás! El dispositivo que Dinochucho encontró era un camuflajeador de señales con el que la policía intergaláctica era incapaz de rastrear al alien. Al mover el interruptor, el camuflaje se apagó, permitiendo que la policía diera con el criminal.

La policía intergaláctica llegando a arrestar al alien ladrón y a su pandilla.

Pero nada de esa palabrería le importa a Dinochucho. Lo que de verdad le concierne es que por fin está viendo un show de payasos (o algo así) para festejar su cumpleaños, eso sin mencionar la aventura en miniatura. Después de arrestar propiamente a los aliens criminales, la policía intergaláctica se marcha y todo vuelve a la normalidad… o casi todo, porque resulta que nuestros héroes colocaron al Pato Sureño en el sitio equivocado por error, así que lo renombran como “el Pato Norteño”.

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Para cuando terminé de leer este capítulo, me sentía igual que DW durante este spin-off completo: frustrada y harta. Supongo que, tras cierta dosis de mediocridad, cualquiera pasa del enojo avivado a la apatía fría.

El capítulo 3 es MÁS DE LO MISMO. Más de Darkwing siendo metafóricamente arrempujado a una esquina, más de los Patos Justicieros manejando la situación sin dificultad alguna, más de los guionazos que permiten que todo se resuelva en un dos por tres, y desde luego, MÁS ALIENS. Lo único que me gustó fue el giro de que los policías intergalácticos lucían justamente como payasos terrícolas. De ahí en más, no hay nada por destacar.

Por cierto, no perdamos la cuenta. Se requirieron tres páginas para encontrar a Gosalyn y a la estatua robada, cinco para atrapar a los aliens criminales, y dos para hacer venir a los policías intergalácticos. Dos de esos tres conflictos se resolvieron a base de coincidencias y guionazos, además de que la única dificultad real que se presentó fue DW siendo superado en número por los aliens, y hasta eso se resolvió con rapidez.

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CAPÍTULO 4 (POR ALGÚN MOTIVO, NO HAY TÍTULO PARA ESTE CAPÍTULO)

El capítulo 4 nos sitúa en las afueras de un cine. Drake, Morgana, Gosalyn, Gansi, y un nuevo amigo de los niños llamado “Helder” están saliendo tras ver una película de magos y brujos. Tras la película, todos van a cenar a un restaurante, con Gosalyn hablando de cómo ella y Gansi se hicieron amigos de Helder. He de añadir que el lenguaje que Helder utiliza PARA NADA señala que no es un simple niño pato. Por cierto, estaba siendo sarcástica. Este chamaco obviamente no es un simple patito, y dado el historial de este spin-off, estoy segura de que todos sabemos qué es en realidad.

Mientras tanto, en las silenciosas calles de San Canario por la noche, dos recolectores de basura hacen su trabajo. Súbitamente, un par de aliens que se hacen llamar “Bexx” y “Bryx” aparecen ante ellos y, con el objetivo de lucir tan comunes y terrícolas como sea posible, les ofrecen un puñado de gemas a cambio de sus uniformes de recolectores. Tal parece que Bexx y Bryx están siguiéndole el rastro a un tercer alien, quien tiene bajo su poder un dispositivo misterioso que dificulta su encuentro.

Un tiempo después, Gosalyn llega a casa muy preocupada, pues resulta que Helder lleva dos días desaparecido. Drake utiliza su conexión personal a todas las bases de datos de la ciudad para buscar los datos personales de Helder y así tener su perfil completo, pero todo indica que el mismo Helder se borró a sí mismo de cualquier registro existente, señalando que no quiere ser encontrado.

Los Patos Justicieros son llamados a escena, y pronto todos se organizan para buscar pistas, pues no es normal que un niño se esfume a propósito y sea capaz de borrarse a sí mismo de toda base de datos existente. Neptunia dirige a sus compañeros de equipo para que se separen y cubran más terreno, y DW decide ir a buscar pistas a la biblioteca, pues Gosalyn le había contado con anterioridad que a Helder le encantaba leer.

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¡Vaya, pues ya era hora! ¡Por fin Darkwing tiene la oportunidad de despegarse de los Patos Justicieros! Supongo que al escritor le dio algo de lástima la situación en que ha estado poniendo al PROTAGONISTA de esta franquicia. Mejor tarde que nunca.

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El lugar que Patoaparato y Dinochucho son enviados a revisar es la escuela. Ahí, ambos notan a Bexx y Bryx gracias a sus pobres disfraces de terrícolas, pero para no iniciar un alboroto en una zona llena de niños, se limitan a ponerles un rastreador oculto para tenerlos vigilados. Cae la noche, y Patoaparato comparte con el resto del equipo sus hallazgos. Hasta donde su seguimiento y espionaje le ha permitido llegar, todo aparenta a que la extraña dupla también está buscando a Helder. Es posible que el chamaco no quiso dejar rastro de su huida porque no quería que Bexx y Bryx lo encontraran, lo que lleva a asumir que Bexx y Bryx son villanos.

Los Patos Justicieros y McQuack planeando qué hacer respecto a Bexx y Bryx.
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Creo que es momento de soltar una queja que me he estado guardando, pues este capítulo es el momento donde se volvió demasiado insoportable para mí. La queja en cuestión es el modo en que Morgana es usada como salida de emergencia por el escritor cada vez que se topa con una situación difícil. Dejen que me explique.

Morgana es una hechicera, y en un mundo tan relativamente normal como el de DWD, eso le da una enorme ventaja de poder. Sin embargo, Tad Stones y su equipo de aquel lejano 1991 se dieron cuenta de que no era justo poner a una semidiosa relativa en un mundo tan relativamente común, así que aplicaron la estrategia más básica de todo escritor para nivelar el campo de batalla: limitar el control que tiene sobre sus propios poderes.

Según el canon, Morgana es apenas una estudiante de magia, por lo que sus hechizos no son del todo perfectos. La mayor prueba de esto es que sólo puede usar hechizos de transformación, y a veces ni siquiera transforma las cosas en lo que ella quería. Si Morgana quiere usar otros tipos de magia, necesita tener a la mano sus libros de estudio, o usar un caldero mágico para crear pociones que sirvan de sustituto a los hechizos más difíciles.

En pocas palabras, Morgana no es una super-bruja capaz de resolver todos los problemas del mundo con tan sólo agitar sus manos… pero eso es algo que el escritor de Justice Ducks no parece entender.

¿Saben qué hace este spin-off cada vez que los Patos Justicieros se hallan en una situación difícil? Salir con que Morgana coincidentemente conoce un hechizo que les viene como anillo al dedo. En el capítulo 1 la cosa no está tan malhecha, pues ahí sí vemos sólo hechizos de transformación que no son del todo perfectos…

…Pero luego llegamos al capítulo 2, y ahora resulta que Morgana también puede crear escudos tan perfectos que hasta un ejército de roca tiene problemas para dañarlos. Luego, en el capítulo 3, nos salen con que Morgana también puede generar ilusiones tan buenas que hasta son tangibles. Y ahora, en el capítulo 4, nos dicen que Morgana también puede crear proyecciones de lo que cualquier dispositivo electrónico esté mostrando en su pantalla.

Siempre que el autor no halla salida fácil a los problemas que él mismo les puso a sus personajes, su solución no es reescribir el problema, como cualquier escritor decente lo haría. Su solución es agarrar a Morgana y volverla omnipotente por el tiempo necesario para que arregle el despapaye. Si Morgana es tan grandiosa y poderosa según Justice Ducks, ¿por qué no dejan que ella se encargue de todos los aliens por sí sola? ¿Ven cómo, en manos del escritor de Justice Ducks, ella se ha vuelto un guionazo parlante y andante?

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Los Patos Justicieros se lanzan al ataque contra la dupla misteriosa, y en poco tiempo la someten para pedir explicaciones. En resumen, Bexx y Bryx cuentan que trabajan para una tal “Zelda Griselda”: una alien multimillonaria que les ordenó llevarle a Helder, cuyo nombre real es “Helios-Delta”. Esa es toda la información que la dupla alien está dispuesta a darles a los héroes.

Si tan sólo los Patos Justicieros conocieran a un superdetective capaz de sacar más información por medio de análisis e investigaciones precisos… Y hablando de eso, ¿en dónde está DW?

Bueno, si recuerdan bien, antes mencioné que nuestro protagonista se había ido a la biblioteca para buscar pistas. Como todo buen superdetective, Darkwing tiene buen ojo para los detalles, así que para comenzar su búsqueda, llevó consigo un detector de metales porque Helder siempre llevaba puesto un extraño pendiente metálico. Pasando el detector por cada rincón de la biblioteca, nuestro héroe descubrió que el pendiente era en realidad un dispositivo de invisibilidad, y que Helder había estado en la biblioteca todo este tiempo sin que nadie lo viera gracias a que se había vuelto invisible.

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Tengo dos comentarios acerca de esta parte del capítulo, y ambos se pueden resumir en “hasta el autor sabe que está escupiendo tonterías, pero nos quiere hacer creer a la audiencia que no es así”.

El primer comentario se basa en que, cuando Bexx y Bryx revelan que son aliens, la propia Neptunia se queja en una viñeta que YA ESTÁ HARTA DE LAS AVENTURAS EXTRATERRESTRES. Eso significa que incluso el escritor sabe que ha cruzado la raya en ese aspecto, pero ya no es capaz de dar marcha atrás. El autor se ha metido en una encrucijada, y a diferencia de su mundo de historietas, aquí en el mundo real no hay ninguna hechicera cuya magia nos pueda zafar, así que tanto él como nosotros nos debemos aguantar.

El segundo comentario me devuelve a lo que he dicho antes acerca de cómo parece que el autor odia a DW. Esta es la primera vez en los cómics de Justice Ducks en que Darkwing resuelve un problema sin ayuda de nadie, ¿y cómo se lo premian? ¡Tachando su logro como un “guionazo”, a pesar de que obviamente no lo es!

Gosalyn ya había mencionado que a Helder le gustaba pasar el tiempo en la biblioteca, así que el primer paso más lógico era buscar pistas ahí. Mientras Neptunia comandó a su equipo a buscar ciegamente por toda la ciudad, DW usó el cerebro y se enfocó en un sitio concreto con cierto historial por detrás. Aunque no existía la certeza de que Helder estaría ahí, es mejor buscar en un lugar con historial que buscar a ciegas sólo porque sí.

Además, DW no se puso a explorar la biblioteca a lo bruto. Él tenía fijo en la mente que Helder nunca se quitaba su pendiente metálico, así que llevó consigo un detector de metales. Incluso si DW se hubiera topado con el pendiente tirado en el suelo, cualquier rastro del ADN de Helder en él le hubiera servido para sacar más pistas. ¡Por favor! ¡Dakwing es 50% Batman y 50% Tony Stark! ¡Si hay alguien en este mundo con los recursos y la inteligencia para encontrar a un niño extraviado con sólo un pendiente como pista, ese hubiera sido él!

El hecho de que Helder estuviera convenientemente oculto en la biblioteca sí es un guionazo. Sin embargo, el error no está en que Darkwing hizo un mal trabajo como detective. El error está en que un supuesto “niño genio” no haya pensado en escapar de la ciudad en que vivía, y haya preferido esconderse en una biblioteca que sus amigos ya sabían que frecuentaba.

DW no fue un idiota, y eso lo hizo acreedor a un pequeño reproche por parte del autor; pero cuando los Patos Justicieros sí son idiotas, los autores les aplauden y le dicen a DW que cierre el pico. ¿Notan el favoritismo?

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DW se comunica con los Patos Justicieros para avisarles que ya encontró al chamaco, pero por desgracia, Bexx y Bryx lo escuchan y escapan con un dispositivo de teletransporte. Para cuando los Patos Justicieros llegan a la biblioteca, DW y los aliens están casi partiendo en dos a Helder de tanto halarlo hacia su propio lado. Por suerte, la llegada del equipo de héroes hace que Bexx y Bryx se sientan superados en número y acorralados, por lo que sueltan la sopa.

Resulta que la dupla alien fue enviada a recoger a Helios-Delta/Helder porque él es el hijo de Zelda Griselda, y por tanto, el heredero de su riqueza y su negocio intergaláctico. Zelda Griselda sigue el estereotipo de “el millonario cuya fortuna se creó a base de crueldad capitalista”, y como Helios-Delta no quería seguir su inhumano camino, decidió huir de casa, dando a parar en la Tierra. Sin embargo, ahora que Bexx y Bryx lo han encontrado, este pequeño juego de las escondidas ha terminado para Helder. Es momento de devolverlo a casa.

Gosalyn les ruega a DW y los Patos Justicieros que hagan algo para evitar que su nuevo amigo se vaya, pero ellos le responden que están con las manos atadas. Aunque Zelda Griselda sea una empresaria avariciosa, también es una madre con derecho a criar a su hijo como lo desee. Aunque no se lleven bien, ella no ha maltratado a Helder de ninguna manera, así que no hay nada por hacer.

Sin embargo, mientras este lío parental se desenvuelve, los aliens mencionan un pequeño detallito que le da un giro de 360° a la situación: Helder no es un niño. Según las leyes de su planeta, él ya cumplió la mayoría de edad, por mucho que luzca como un niño según nuestros estándares terrícolas. Al ser un adulto, Helder tiene el derecho a decidir en dónde quiere quedarse, ya sea que le guste a su madre o no.

Al final, Bexx y Bryx son presionados por DW y los Patos Justicieros a largarse llevándose sólo el pendiente de invisibilidad de Helder, pues resulta que es el prototipo para un producto que Zelda Griselda estaba pensando fabricar en masa para vender y expandir su fortuna. Así, Helder decide quedarse en la Tierra, mientras Bexx y Bryx vuelven a su planeta con el pendiente, y todos felices y contentos. Fin.

Bexx y Bryx entregando a Helder a cambio de su pendiente de invisibilidad.
Ignoren el asunto de Dinochucho siendo llamado "el hombre de las pasas". Ese fue un chiste secundario recurrente en el capítulo, y no tiene importancia real.

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Meh.

Todo lo que puedo decir de este capítulo es “Meh”.

Existe una palabra en inglés que define perfectamente lo que siento: “dull”. Dependiendo del contexto, esta palabra puede significar “insípido”, “apagado”, “grisáceo”, “aburrido”, “insulso”, y un montón de palabras más que transmiten una misma idea de falta de potencia. Este capítulo me ha drenado la poca energía que todavía me quedaba después de los tres capítulos anteriores, y me ha dejado con la sensación opuesta a lo que se supone que cualquier franquicia debería dejarte: la sensación de que YA NO QUIERO MÁS.

En los capítulos 1, 2 y 3 de Justice Ducks, uno podía sentir el deseo de los escritores de mantener a los aliens como un plot twist: los problemas iniciaban de forma mundana y normal, para luego darte la sorpresa súbita de que había extraterrestres involucrados. Pero en este capítulo 4, hay demasiadas señales que indican hartazgo de parte del autor, y por desgracia, eso es lo que nos ha transmitido a los lectores: hartazgo.

Helder queda señalado como un alien desde el comienzo de la historia, Neptunia se queja de la repetitividad, Darkwing es criticado en base a una excusa estúpida, y en general, uno puede sentir cierto aire de “dullness”. Es como si el creador estuviera en piloto automático, sin una pizca de pasión restante para continuar con esta pentalogía.

Al leer los diez capítulos de DWD Dynamite, estaba molesta, pero al menos podía decir que mi molestia era apasionada. En aquel entonces, era capaz de SENTIR ALGO mientras leía. Pero aquí en Justice Ducks, NO SIENTO NADA. En Justice Ducks, CADA. CONDENADO. CAPÍTULO. ES. LO. MISMO. Siempre tenemos guionazos, siempre tenemos a Darkwing regañado, siempre tenemos a Morgana sacándose un nuevo hechizo de la manga, y siempre tenemos aliens.

En fin: este capítulo resolvió su conflicto en unas 12 páginas y no mostró reto alguno para nuestros héroes. Vayamos al capítulo 5 y terminemos con esto de una vez.

CONTINUARÁ... [Link a la Parte 3 aquí]

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